Una de Zombis... ¡Marchando!


Fernando Alés.

Octubre/24.

 

Vivimos bajo la tiranía o la sinrazón de la cantidad de likes, o visualizaciones, donde perdemos ampliamente por goleada. Al Sistema le interesa y potencia esto. Valen más 100, 200 o miles de likes a algo banal, estúpido o intrascendente, que cinco diez o cincuenta likes a una opinión crítica y contrastada.

 

 

Como cada mes me pongo delante del ordenador, para hacer un resumen subjetivo, pero honestamente lo más crítico  posible, sobre la actualidad. Y cada mes me planteó la misma duda… ¿De que escribo? ¿Qué tema puede ser de interés?

Y no es por falta de temas, al contrario, hay temas de sobra; tantos que al final te quedas con la sensación de no haber tratado los más importantes.

Este mes tenemos como temas candentes: Como la consabida matraca habitual de la derecha contra el gobierno. Los casos de corrupción de Koldo, Begoña, y tantos de PP, como para extenderme mucho enumerándolos, incluyendo  a Ayuso y un señor particular que pasaba por allí, donde la justicia aplicará justicia en función de los intereses que tales jueces tengan.

Por otro lado y saltando fronteras seguimos viendo el genocidio en directo y ampliado, sin consecuencias de ningún tipo… Gaza, Cisjordania, Líbano, qué más da si como diría una española, de dentro de España. Se iban a morir igual.

Y antes de que cante el gallo, tendremos nuevo presidente o presidenta en los “Iueseis”. (Estados Unidos, para los menos versados) Capitalista Neoliberal o directamente Fascista Democrático. Así está el tema.

Y por último y de rabiosa actualidad, la inesperada dimisión de Iñigo Errejon, que ha pasado de feminista de pro a acosador machista, según informaciones sobre las que no me pronuncio por no haberlas podido contrastar.

Espero que estos temas los toquen mis compañeros de publicación más en profundidad.

Voy al tema que me ocupa este mes.

Vivimos sobresaturados de información, hasta el punto de no poder procesarla debidamente. Y como tal, también de informaciones falsas, Fakes News, desinformación o como las suelo definir yo; mentiras cochinas…

Que ya no pretenden como antes hacerte creer una información que no era verdad. Ahora lo que pretenden es que, con un bombardeo continuo de mentiras creíbles y otras inverosímiles, estés tan confundido que no seas capaz de distinguir una información veraz de una que no lo es,  es más aun, no tengas ningún interés en estar informado.

Entonces habrás conseguido lo que pretendía el mentiroso; convertirte en un zombi sin opinión de ningún tipo o en último caso, de la opinión que a ellos, (llamémosles el Sistema)  les interesa inculcar, que suele ser la más simple, y con la que menos hay que pensar.

Ya lo dijo alguien, que ahora no recuerdo, alguna vez: Una sociedad que no piensa, es una sociedad fácil de manipular.

No tenemos más que ver qué tipos de contenidos mediáticos tenemos en el menú, a saber:

Televisiones públicas, totalmente polarizadas en función del estamento político, central o autonómico que las controle. Donde los que han ganado las elecciones, siempre son los buenos.

Televisiones privadas, sin más interés que convertirte en un consumidor de programas basura, pero rentables, sin ningún interés educativo o cultural, amén de convertirte en un consumidor materialista de bienes, en su mayoría innecesarios, a través de la masiva publicidad.

Prensa escrita y radiodifusión, tan polarizadas como sea el consejo de administración que lo rige, ósea, más de lo mismo. Se dice lo que quiere el que paga la tinta. ¿Está claro?

Luego tenemos las redes sociales. Que son el cajón de sastre de todo lo que hasta ahora hemos tratado. Donde los idiotas son filósofos, y los filósofos idiotas. Donde pesa más la opinión de un “influencer” descerebrado o directamente estúpido, que la opinión de alguien versado en una materia de interés humanístico o divulgativo de carácter general.

Vivimos bajo la tiranía o la sinrazón de la cantidad de likes, o visualizaciones, donde perdemos ampliamente por goleada.

Al Sistema le interesa y potencia esto. Valen más 100, 200 o miles de likes a algo banal, estúpido o intrascendente, que cinco diez o cincuenta likes a una opinión crítica y contrastada.

Tiene huevos que nuestra vida se rija por la cantidad de deditos para arriba que se pongan en las redes sociales.

Seguir esa corriente es el camino perfecto para convertirnos en lo que somos actualmente: Unos zombis sin cerebro, que se lo han dejado comer por el Sistema, y donde los pocos inmunes no podemos dar muchas señales de tener cerebro, porque los zombis nos comerán el coco sin piedad.

Se me olvidaba deciros que el Sistema, como cualquier entidad que se precie, tiene nombre propio y apellidos. Sistema Capitalista Neoliberal. Hijo de la Revolución Industrial y la Explotación Burguesa.

Pero no somos como los zombis zarrapastrosos que salen en las películas, que va, nosotros somos zombis que vamos con ropa de marca, el último teléfono móvil, compramos cosas, pedimos créditos, estamos hipotecados hasta las trancas… 

Ósea, unos zombis pero como Dios manda, para mayor gloria del Sistema que nos saca los cuartos y el entendimiento.

Y como esto no da para más. O, a lo mejor sí. Pero no me voy a enrollar más de la cuenta, pues aquí lo dejamos que lo tenía que decir está dicho y los que no he dicho, no lo tendría que decir, supongo.

Aprovechando que a primeros de mes es el día de Todos los Santos, para unos, ergo Halloween para otros, a ver si como dice el refrán:

A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.

Por los pobrecitos zombis, digo. Angelitos ellos…


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