Historias lamentables
Lector Impertinente.
Junio/23.
No voy a negar que con el cine de Javier Fesser ha habido un cambio de opinión por mi parte y es que cuando vi la primera de “Mortadelo y Filemón” (2003) y “El milagro de P. Tinto” (1998) y me parecieron dos cintas insoportables. Conforme han pasado los años he visto más cortometrajes del director, la cinta animada de “Mortadelo y Filemón” (2014), “Camino” (2008) y “Campeones” (2018) y una percepción positiva sobre su humor, su cine y su originalidad se ha vuelto tangible por mi parte. Tanto es así que ahora me parece un genio del cine español de las últimas dos décadas.
Ahora llega “Historias lamentables” que en principio iba a ir solo a cine y al final se ha estrenado primero en Amazon Prime Vídeo y luego llegó a la pantalla grande. No estaba tan convencido de verla e incluso tenía mis prejuicios ya que el trailer no me hizo gracia y me recordaba más a sus dos primeros films ya citados que a “Campeones” y “Camino”.
Sorprendentemente, mis prejuicios desaparecieron tras el desternillante y emotivo prólogo que precede al título en su primera historia que ya deja caer que el estilo Fesser va a estar muy presente en la cinta. Sin desvelar nada de la cinta he de dar las gracias porque me ha parecido no solo la mejor comedia española del año sino la mejor comedia del año. Es cierto que puede ser fácil porque no ha habido un gran nivel en ese género, pero recalco este título porque ya lo hizo anteriormente con “Campeones” coronándose con varios Goya y el amor del público. Javier Fesser se marca una película de cuatro cortometrajes entrelazados que logra dar una sorprendente coherencia y que podría calificarse, así como una “Relatos salvajes” (2014) más light. Cuatro historias desternillantes tan llenas de humor como de drama y es que siempre he dicho que las mejores comedias salen de los problemas y circunstancias. De hecho, una de mis comedias favoritas es más drama y triste que cualquier otra aventura forzada para el humor, refiriéndome claramente a “La cena de los idiotas” (1998).
Creo que Fesser concibe que el humor viene de la tragedia y desgracia humana, pero por supuesto ajena y con un punto de ironía hiperbolizada que al final analiza el comportamiento humano a nivel social con muchísimo humor, pero sorprendentemente de forma emotiva sin perder ese equilibrio con el drama que le caracterizaba en “Campeones”.
Puede abordar desde las manías y el orden que puede tener una persona en su vida hasta problemas raciales y económicos pasando por los sueños que no se han cumplido y dábamos por perdidos. Lanza pequeños mensajes sobre la improvisación, el orden, el fraude y las mentiras para servir por momentos de un aprovechamiento e interés propio que evoca por el triste egocentrismo que abunda en muchos casos en la sociedad. Javier no se para a criticar mordazmente pero sí invita a la reflexión dentro de que todo entra de una forma exagerada pero también con matices tristemente realistas. Nos reímos, pero sabemos que nos han pasado cosas parecidas en la vida. Nos reímos, pero sabemos que hemos sido causantes de pequeñas desgracias. Nos reímos, pero no querríamos estar en el lugar de cada víctima que sufre esa desgracia.
En definitiva, doy las gracias a Javier Fesser y su equipo por no hacer una comedia más intrascendente con un par de gags y caer en el olvido fácilmente. Le doy las gracias por contar cuatro historias equilibradas, sólidas, desternillantes y emotivas que dotan al director del ingenio y originalidad y sobre todo una sorprendente capacidad de ser imprevisible constantemente y descolocar al espectador cuando menos se lo espera.
Este filme, una combinación de cuatro relatos conectados, supone el regreso a la comedia absurda de uno de los directores expertos de este género en nuestro país; Javier Fesser. Historias lamentables, por lo tanto, se inscribe en la corriente del humor loco y esperpéntico de obras de Fesser como El milagro de P. Tinto, Mortadelo y Filemón (tanto el live-action de 2003 como la película animada de 2014) o los aclamados cortos “El secdleto de la tlompeta” y “Aquel ritmillo”.
La película, inicialmente producida por Universal y pensada para estrenarse en cines, cuenta con muchas características del cine de Fesser: situaciones rocambolescas, fotografía muy colorida, apuesta por actores de menos renombre... Es decir, todo lo que cabe esperar cuando uno oye el nombre del director madrileño, exceptuando precisamente las dos películas que le valieron el Goya a mejor película: Camino y Campeones.
Cuando uno se enfrenta a una película compuesta por diferentes historias, ya sean cruzadas o no, existe el miedo de que haya una descompensación entre las distintas partes. En Historias lamentables no ocurre exactamente esto, aunque es cierto que el segundo y el cuarto relato destacan por encima de los otros dos, seguramente porque son los más representativos del humor de su director y guionista.
Hablo concretamente de "El hombre y la playa" y "La excusa". En la primera historia se nos presenta a Bermejo, un excéntrico y maniático hombre que sale de su apartamento preparado para sentarse en la playa de enfrente y cumplir su rutinaria foto al sol durante el atardecer. El problema reside en que su objetivo, muy sencillo a priori, se verá puesto en peligro por diversos factores externos que le llevarán a vivir situaciones delirantes y alocadas. Su protagonista está interpretado por Chani Martín, actor que puede sonar por breves papeles en otras películas, pero que nunca había tenido tanta relevancia como en este filme. El trabajo que realiza en los 40 minutos que dura su historia es sublime: totalmente metido en su personaje, entrega momentos y diálogos memorables, todo ello acompañado por gestos y una caracterización que ha recordado a muchos al gran José Luis López Vázquez.
La excusa, el otro episodio que destaca en la película, es el mayor exponente del humor "fesseriano". Su premisa es la siguiente: un empresario que se encuentra en una asfixiante situación familiar se ve obligado a pedir ayuda a una empresa especializada en inventar historias que liberen de culpa a quien solicite sus servicios. El guion es muy imaginativo y es posiblemente el más gracioso (por incómodo y loco) de los cuatro relatos de la película. Su elenco de actores, en su gran mayoría aragoneses, están estupendos.
Los otros dos relatos funcionan bien, pero están un peldaño por debajo. "Rayito", el más corto de todos, destaca por su fotografía, decorados y un Pol López que sigue demostrando su talento y carisma tras ser un excelente roba escenas en Vergüenza. "El cumpleaños de Ayoub" funciona principalmente por la buena química entre el debutante Matías Janick y Laura Gómez-Lacueva. Esta última está fantástica interpretando a una mujer cruel, sinvergüenza y odiosa. Debido a los comentarios y acciones de su personaje, esta historia es la más cercana al humor negro, aunque visualmente es posiblemente la más pobre teniendo en cuenta el característico apartado pictórico del mundo de Fesser.
No ha contado con un star system en su reparto, sino que ha dado la posibilidad a algunos miembros del reparto de “Campeones” y actores desconocidos, lo cual se agradece porque encima están estupendos en sus roles. Aunque quizás en el clímax para tratar de hilar todo hay un par de agujeros de guion a tener en cuenta (Ayoub y las puertas del baño) si resulta una cinta en su mayoría coherente dentro de la gran hipérbole que hay detrás de cada historia y que dentro de ese mundo sí podría caracterizarse de una increíble lógica interna.
“Historias lamentables” es una grandísima comedia que no es banal, no es reiterativa, no es predecible y sobre todo es inteligente e ingeniosa, aunque no lo parezca y dé esa imagen de paleto, absurdo o vulgar. Espero que disfrutéis tanto como lo he hecho yo porque sin duda merece la pena evadirse y reírse durante dos horas sin cosas forzadas, repetitivas u obscenas.
La banda sonora de Rafael Arnau está generalmente bien, aunque resulta un tanto machacona en ocasiones por su apuesta por la electrónica. Eso sí, destaca un tema principal que hace uso de instrumentos tan exóticos como un birimbao o un arpa de boca. El resultado final termina metiendo de lleno al espectador en la locura y el caos de las situaciones vividas por los personajes.
Precisamente el hecho de poder adentrarse y empatizar con las desgracias de los protagonistas es una de las mayores virtudes de Historias lamentables. Javier Fesser nos sumerge en un divertido viaje por una España habitada por seres desventurados, indeseables o crueles que, pensándolo bien, no están tan lejos de ser un fiel reflejo de nosotros mismos. En un año tan negativo para la humanidad, no existe un remedio más natural que la risa y esta película es una oportunidad excelente para practicar el arte de pasar un buen rato con la desdicha ajena (por muy cruel que suene).
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