Un Mundo Normal


Lector Impertinente.

Julio/24.

 

 

Esta película impresiona porque tiene mucho que ver con nuestra vida. Por supuesto, con la del director, que la dedica a su madre, pero también con la de aquellos que no nos conformamos con ocupar un lugar "clasificado" en la vida "que nos toca".

 

"Cuando nacemos somos originales... cuando nos vamos somos copias."

Frase que resume el fondo de la película, de la extraordinaria película de Achero Mañas, que es una reivindicación de muchas cosas.

Para vehicular su propuesta, Mañas se embarca en una suerte de “road movie” de tintes surrealistas, con toques de humor negro y una orientación mediterránea que amaga con emular al maestro Berlanga. Cuesta, sin embargo, que todos estos elementos se mezclen con fluidez, resultando un film que, como el propio viaje de los protagonistas, tiene demasiadas imprecisiones. No terminan de integrarse en un relato único y esto le resta solidez al proyecto. También es cierto que una de las ideas que se subrayan en la película es la de la “normalidad” de lo singular y, en ese sentido, la endeblez del guion puede ser una acertada metáfora de las inseguridades e incertidumbres de la vida de cada uno.

Quizá lo que más pesa negativamente es la proliferación de frases, acumuladas en muchas ocasiones, que exponen con innecesaria claridad (aunque con elegante eufonía) ideas programáticas no demasiado originales ni, a estas alturas, revolucionarias. Además, quedando ya suficientemente expuestas con el propio desarrollo de la acción y un cuidado lenguaje cinematográfico.

Me quedo con la frase para “criticar” al as series de TV: “Lo que en una película puedes contar en algo menos de dos horas, lo conviertes en seis horas si haces una serie”.

Aun así, lo que realmente consigue amalgamar y dar consistencia a Un mundo normal es la sinceridad y confianza que Achero Mañas tiene en su obra. Esta convicción, la firmeza de su rodaje, y un elenco solvente, muy bien escogido, que representan con llamativa exactitud los personajes ideados por el realizador llevan a buen puerto esta apuesta tan personal.

No solo de escapar de alienación y alineación a la que la sociedad nos somete, sino también de algo muy importante: la fuerza del corazón, la honestidad y la importancia de no claudicar. Vivir no es existir, vivir es desarrollar cada uno su personalidad e idiosincrasia. Perseguir los sueños, al menos, como el mismo director ha dicho, intentarlo.

Esta película a algunos nos ha impresionado. Porque tiene mucho que ver con nuestra vida. Por supuesto, con la del director, que la dedica a su madre, pero también con la de aquellos que no nos conformamos con ocupar un lugar "clasificado" en la vida "que nos toca".

Magnífica de guion, escrito por el propio Achero, y de interpretación. Todos están espléndidos, por supuesto Ernesto Alterio, trasunto del director, pero el gran descubrimiento es la propia hija de Achero, Gala Amyach, que será, es, una espléndida actriz. En fin, que un mundo normal es, sencillamente, una de las mejores películas del cine español y que Achero Mañas, desde “El bola “(impresionante primera de su lista de films como realizador), demuestra un oficio y una sensibilidad que le convierten en uno de los cineastas de referencia en el panorama cinematográfico nacional e internacional.

Ser uno mismo, es una tarea difícil en un mundo diseñado para la obediencia y la mediocridad. Que cuesta trabajo saltarse normas absurdas y costumbres. Pero que, haciendo un cine como el de Achero Mañas, el ser para la muerte que enuncia el existencialismo y el pensamiento de Camus y Sartre, se convierte en un ser con sentido. No el de la trascendencia, pero sí el de ser fiel a su pequeño mundo. Vivimos en la incertidumbre, nunca comprenderemos el sentido de la existencia, pero, al menos, que intentemos no destruir la conciencia de lo poco -- y lo mucho, a la vez -- que somos o intentamos ser. "No voy a cambiar. No voy a hacer lo que todos".


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