Remembranza a un Ser querido


Elepé.

Julio/24

 

 

Desde los ochenta hasta bien entrada la segunda década del siglo XXI, ha sido un viaje sin escalas, creativo y rico en amistades, motivado por la creación de muchos proyectos musicales. Sin embargo, en el 2015, esa máquina se detuvo por varios motivos que no expondré aquí, excepto uno: la pérdida de seres queridos.

 

Las remembranzas siempre nos traen momentos vividos y hoy quisiera honrar a una persona muy querida e íntima, con quien tuve un contacto muy directo desde su llegada al mundo. Al escribir estas líneas, quiero que broten desde lo más profundo de mis sentimientos y se conviertan en una remembranza alegre, como ella era: afable y agradable con los demás, pero también muy dura con sus seres queridos.

Ahora mismo, resuena en mi cabeza un refrán que me cae como una sentencia popular: "A quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos”.

Miro hacia atrás y me pregunto. ¿Luis por qué no has tenido hijos? El duelo que tengo ahora mismo en mi mente para que sean sinceros tanto “el angelito bueno” como “el angelito malo” es tremendo, pero impongo la razón de este momento y me escapo ante este duelo del Ello, Yo y “Superyó” que llevamos según el afamado Freud y que rigen nuestra forma de pensar y de actuar produciendo conflictos internos y que al final nos lleva a una tremenda “paja mental”.

Siendo el menor de cinco hermanos, vi cómo la prole se iba llenando de sobrinos y sobrinas. No sentí la necesidad de traer más seres vivientes a esta tierra para continuar una dinastía más. Siempre me he preguntado cuál es la función del ser humano como tal. Hemos tenido en la procreación el fundamento de nuestra especie, pero el duelo interno que tengo es que, en algunos aspectos, se vive bien sin cargas ni responsabilidades. Tal vez es una postura egoísta, pero cada uno tiene su forma de programar (si le dejan y puede) su vida.

La música fue un tren que pasó a toda velocidad durante mi juventud, y aunque siempre pensé que algún día sería padre, la vida me llevó por un camino muy diferente e hizo que tuviera en mente, este pensamiento y era que, si algún día sería padre, seria padre-abuelo.

Desde los ochenta hasta bien entrada la segunda década del siglo XXI, ha sido un viaje sin escalas, creativo y rico en amistades, motivado por la creación de muchos proyectos musicales. Sin embargo, en el 2015, esa máquina se detuvo por varios motivos que no expondré aquí, excepto uno: la pérdida de seres queridos.

Primero y lo natural fue la partida del papa, con unos 98 años, pero luego llegó algo inesperado. La persona querida que hago referencia  al principio de la remembranza es o era, mi sobrina mayor.

Tuve la suerte de crio de cuidarla y al cabo de los años (le llevaba trece) cuando ya estaba en esa edad de alternar, poder tenerla como amiga. Granada como ciudad estudiantil, permite a muchos estudiantes disfrutar de una realidad cómoda, donde se aprende rápido y, a veces, se hace el rol de hermano mayor más que de tío, marcando directrices con cariño y preocupación porque hay seres que son muy inteligentes, pero no ven la maldad de la noche, la ingenuidad con la que uno actúa por no querer ver la realidad.

Recuerdo, encontrármela en un afamado pub de Granada a unas  “horas muy normales” y muy granadinas, con todo ese cariño familiar, comentarme que un amigo mío le había prometido un trabajo. Al preguntarle quien era, me señalo a un conocido, no un amigo y obviamente, mi respuesta fue tajante diciéndole !Mira la hora que es! ¡No seas ingenua, él quiere echarte un polvo y punto! 

Y como esas …

Un carácter que se fue cambiando a base de experiencias, pero sin perder el norte. Como se suele decir una mujer con la cabeza muy bien amueblada pero muy vulnerable ante los sentimientos. Lo que intentaba decirle siempre era que no viviera muy rápido, que Granada tenía una energía que no te dejaba salir y te consumía rápidamente. Los ochenta y noventa en nuestra querida España fueron dos décadas que pa qué y las noches granadinas…en fin, no hay adjetivos para renombrarlas. 

Se animó a trasladarse a Madrid con una potente empresa farmacéutica que suministraba el medicamento para los enfermos del VIH, ella era licenciada en “Económicas y Empresariales”, se encargaba de los cobros, no puedo dejar comentar que estas políticas gratuitas de los medicamentos contra el SIDA se realizaron con gobierno de izquierdas y que hicieron posible que los antirretrovirales, como la pastilla que contenía tres medicamentos combinados fueran gratuitas para los afectados. Por entonces, salían más de 1000 euros al mes por paciente y a cargo de las Comunidades Autonómicas, pero cuando llegó la crisis del 2007, esta afamada empresa americana llamada Gilead, unos auténticos buitres y que está en manos de los principales fondos de inversión, se llevó todo su tinglado para pagar menos impuestos en España a Irlanda. Siendo mi sobrina muy amante de las playas de su Motril y Almuñécar no dudo en decir que no. 

Cuando vivió lo suyo y doy fe, con los cuarenta años recién cumplidos, decidió ser madre y reconoció lo mal que lo llevó para asumir el rol maternal a esa edad tardía. La recuerdo en un programa de Canal Sur hacerle esa pregunta una periodista, y como mi sobrina respondía animando a tener los hijos muchos antes.

Al final, trajo su retoño y cuando más empezaba a disfrutarlo, empezó a sentir un dolor profundo que pensaba podía ser un dolor muscular debido al peso de la criatura, pero resultó ser un cáncer terminal en el hígado con metástasis En apenas unos meses, la maldita parca se la llevó de una manera cruel.

Quiero recordarla con su carácter afable, irónico, con su personalidad, con su ingenuidad, como una mujer que se hizo y luchó, pero sé que se fue, con rabia, impotencia, dolor. Nos dejó su retoño y doy fe que su hermana lo está educando muy bien.

Yo no he tenido hijos y el refrán se cumplió a rajatabla conmigo, he tenido diez sobrinos, siendo “mi sobri” (porque así la llamaba) esa hija amiga que no se ha tenido pero que ha llegado a ser, con sus más y sus menos.

Gracias por los momentos compartidos.

Y ahora toca tomarse  un ron de Motril para no perder nuestra tradición.

In memoria de Maria Eugenia Rodrigo Poyatos.


Valoración: 5 estrellas
2 votos

Añadir comentario

Comentarios

Mayte Triviño
hace 4 meses

Hola Luis. Acabo de ver está publicación. Lo siento mucho no sabía nada. 😢 Yo apreciaba mucho a María Eugenia, era una chica maravillosa. Te mando un gran abrazo 🤗 😘.

Ramon González Orta
hace 4 meses

Muchos recuerdos vienen a mi memoria…Que en l gloria estes…..