Recordando a monsieur Pecos Beck


Luis Poyatos.

Septiembre/24

 

Rendir homenaje a un ser querido con palabras es un acto de nostalgia, una experiencia emocionalmente contradictoria. La nostalgia puede ser agridulce, incluso cuando los recuerdos son felices.

 

 

Esta remembranza es un homenaje al músico que mejor me ha sabido transmitir una forma de vida y unos valores íntegros, defendiendo la música por encima de los intereses comerciales.

Me han sugerido que haga estas memorias menos locales, pero ante los acontecimientos de la vida, uno debe encontrar la fuerza para escribir desde lo más profundo del corazón, recordando momentos vividos en un mundo tan hermoso como cruel.

Rendir homenaje a un ser querido con palabras es un acto de nostalgia, una experiencia emocionalmente contradictoria. La nostalgia puede ser agridulce, incluso cuando los recuerdos son felices. Hoy, quiero desahogarme con una remembranza sincera, impregnada de dulzura. Ahora me toca atravesar el duelo, y no encuentro mejor manera de hacerlo que escuchándolo.

La noche del 20 de agosto, Remi Josef Exposito Beck, nuestro querido compañero conocido como Pecos, emprendió su último viaje. Hoy, lo imagino "bluseando" con su inseparable armónica en el paraíso de los grandes músicos.

Pecos, de origen francés, llegó a Granada a mediados de los setenta, acompañado por el prestigioso organista granadino Enrique Valdivieso. Juntos, llegaron desde París con otros compañeros bajo el nombre artístico de Aarón. A lo largo de treinta años de conversaciones y vivencias musicales compartidas, nuestra relación evolucionó de ser compañeros a una amistad de profundo respeto.

Esa amistad se forjó en interminables horas en carretera y en los ensayos, donde juntos dábamos forma a nuestros proyectos musicales. Puedo afirmar que fue el mejor copiloto que uno podría desear; su conversación relajada y llena de experiencias hacía que los viajes de vuelta fueran más llevaderos mientras el resto de la formación dormía.

Nacido en Sarreguemines, una zona minera francesa en la región de Lorena, frontera con Alemania, Pecos parecía destinado a seguir los pasos de su padre y convertirse en minero. Sin embargo, decidió dejar su hogar y buscarse la vida con su mejor arma: la música.

Su llegada a Granada está ligada a los míticos bares granadinos de los años setenta, como el Bimbela 1, Los Claveles, el Free, las bodegas Natalio, el Círculo de la Pizzería La Romana y el Topolino de Antonio Pérez. En estos lugares, mantuvo largas conversaciones en francés y español con un grupo de amigos que le abrieron las puertas de sus casas y le brindaron una cálida bienvenida, permitiéndole establecer amistades duraderas.

Fue en 1980 cuando tuve la oportunidad de conocerlo personalmente en un bar llamado El Saxo, donde había un piano que había dejado otro compañero, Guillermo Woolf. Pecos solía aparecer por allí con otro gran blusero de la ciudad, el guitarrista Joaquín Sánchez, y juntos armaban un espectáculo inolvidable. Recuerdo claramente lo que le dije la primera vez que hablé con él: "El día que aprenda a escribir música, te buscaré para formar una banda como Blood, Sweat & Tears". Por aquel entonces, esa banda de jazz-rock era una de mis favoritas, tanto para él como para mí, con la inolvidable voz de David Clayton-Thomas.

Muchos han comparado la voz de Pecos con la de Joe Cocker, Louis Armstrong o Louis Prima, a quienes imitaba de manera magistral. Sin embargo, cuando interpretaba a Clayton-Thomas, su voz brotaba de manera natural.

A principios de los noventa, tras pasar algunos años en Canarias, recuperamos el contacto. Nuestra cercanía y empatía nos llevaron a crear un proyecto a dúo llamado “Fantasía de ayer y hoy, presentan a”. Interpretamos estándares de Louis Prima, Ray Charles, J. Mayall, entre otros. Por aquel entonces, yo colaboraba con La Guardia y tuvieron la maravillosa idea de contar con él, en el tema "Al otro lado",  título que daba nombre a uno de sus discos. Dejó grabado unos riffs y un solo de armónica que quitan el "sentío".

Mi comentario de diez años antes se hizo realidad, y ¡vaya si se cumplió! La ilusión de crear una banda que rindiera homenaje a Blood, Sweat & Tears  fructificó, y dejamos un hermoso recuerdo en el disco de Jazz en la Costa.

En ese tiempo, Pecos estaba muy involucrado con la Blues Band de Granada, mientras yo mantenía mi formación de Latin Jazz, Cubop. La sorpresa surgió cuando le propuse hacer un disco dedicado a los Beatles en clave latina, soul-funk; sabía que podría ser un éxito, y así fue. Nunca he visto a un músico disfrutar tanto como a Pecos en este registro, tan diferente de su estilo bluesero.

Hicimos dos giras seguidas en 2008 y 2009 dentro del Circuito de Músicas de la Junta de Andalucía, en el proyecto “Enrédate”. Tocamos en casi todos los teatros del circuito y repetimos el segundo año. Las críticas nos llenaban de ilusión: "Conciertos como el de Pecos Beck y La TitoPoyatosBand deberían estar recetados por la Seguridad Social". Y la aventura no terminó ahí; en 2010, presentamos otro proyecto "Sangre, Sudor y Lágrimas", que tributa a B.S.& Tears  y que había estado guardado en un cajón, teniendo de nuevo una buena acogida. Han sido años intensos, tanto en lo profesional como en lo personal, con sus discusiones terrenales, pero sin perdernos el respeto para nada.

Todavía, mi “frambuesa” y yo, recordamos en el día de nuestro casamiento, el maravilloso regalo que nos hizo con la emotiva interpretación a la armónica de la afamada melodía “When a Man Loves a Woman”. Lo dicho, no es fácil escribir remembranzas, y menos cuando se trata de una situación como esta.

Nuestra parada profesional fue con la llegada de la Covid que dejó todo “patas arriba” y con ese miedo de poder contagiarse. Pecos se excusó de varias actuaciones y con toda la razón ante la situación de alarma que se tuvo y luego…

Luego vino la mala noticia, un cáncer de próstata y extendido al hígado nos dejaba fuera de juego. Tres décadas intensas, compartidas con Pecos y algunos menos con su pareja, Carmela, dan para mucho. De ella puedo comentar que ha sido su amor con letras mayúsculas y que ella le ha correspondido, respetándolo y admirándolo. Una pareja muy sana.

Quisiera acabar esta remembranza con un sentimiento feliz, pura admiración por cómo lo cuidó hasta el final de sus días. Hace unos meses, intenté verlo, y ella, como una verdadera señora, me dio largas con amables excusas, en el fondo quería que me quedara con el recuerdo de lo que fue, y no con su deterioro físico. Chapeau por esta mujer, así como por sus dos pilares de apoyo, Manolo y Guille. Han sido meses duros, pero al final, Pecos se fue en paz, en su casa, rodeado del amor de los suyos a la edad de 74 años.

En el nombre de todos los compañeros que han pasado por la TitoPoyatosBand , en el mío propio, decir que ha sido todo un honor compartir parte de nuestra existencia contigo.

Descanse en paz monsieur Pecos.


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Comentarios

María la portuguesa
hace 3 meses

D.E.P... Luis lo siento muchísimo

David Margam
hace 4 meses

Descanse en paz monsieur Pecos.

Mario Ojeda
hace 4 meses

Hermoso recuerdo, Tito querido. Abrazo fuerte. Qepd Pecos.

Manuel
hace 4 meses

Muchas gracias Luis por una semblanza tan emotiva hecha desde el afecto y la complicidad