Parlamento, amnistia, fascismo y RRSS


Specula.

Junio/24.

 

Desde la llegada de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno en 2018, se abrió una etapa de diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat de Cataluña. Se crearon mesas de diálogo para buscar soluciones políticas al conflicto. El pasado 30 de mayo de 2024, el Gobierno español aprobó una ley de amnistía que beneficiaba a los líderes independentistas encarcelados y otros implicados en el "procés".

 

 

El pasado jueves 30 de mayo se aprobaba en la Cámara Baja la Ley de amnistía, con 177 votos a favor contra 172 en contra. Hasta ahí todo normal; en los parlamentos a veces las leyes salen con mayorías ajustadas, aunque conviene recordar que no por ello son menos legítimas, pues representa la mencionada Cámara, a todo el pueblo español que, libremente va a votar en las elecciones cada cuatro años en condiciones saludables.

En realidad, muy normal en el fondo no es este tránsito que casi concluye con esta ley. Conviene recordar que: El 30 de septiembre de 2005, el Parlamento de Cataluña aprobó un nuevo Estatuto de Autonomía, que posteriormente fue aprobado por las Cortes Generales y ratificado en referéndum por el pueblo catalán el 18 de junio de 2006. El nuevo Estatuto ampliaba competencias autonómicas y reconocía a Cataluña como una "nación". El Partido Popular en su pasión por minusvalorar la democracia, presentó un recurso de inconstitucionalidad contra varios artículos del nuevo Estatuto de Cataluña, argumentando que algunos de sus preceptos eran contrarios a la Constitución española. 

El Tribunal Constitucional se pronunció el 28 de junio de 2010, declarando inconstitucionales y reinterpretando varios artículos del Estatuto. Esta sentencia generó un gran descontento en Cataluña y fue un punto de inflexión en el auge del movimiento independentista. El 1 de octubre de 2017, el Gobierno catalán celebró un referéndum de independencia, declarado ilegal por el Tribunal Constitucional.

La votación, marcada por la violencia policial y una alta participación a favor del "sí" a la independencia, llevó a la declaración unilateral de independencia en el Parlamento catalán el 27 de octubre de 2017. Inmediatamente, el Gobierno español del PP aplicó el artículo 155 de la Constitución, suspendiendo la autonomía catalana y convocando elecciones. Fueron los tiempos del “a por ellos oe, a por ellos oe”. En 2019, varios líderes independentistas fueron juzgados y condenados por delitos de sedición y malversación. Estas condenas provocaron manifestaciones y protestas masivas en Cataluña. Desde la llegada de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno en 2018, se abrió una etapa de diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat de Cataluña. Se crearon mesas de diálogo para buscar soluciones políticas al conflicto. El pasado 30 de mayo de 2024, el Gobierno español aprobó una ley de amnistía que beneficiaba a los líderes independentistas encarcelados y otros implicados en el "procés". 

Esta ley fue vista como un gesto para rebajar la tensión política y avanzar en el diálogo entre el Gobierno central y las autoridades catalanas.

Pues bien, no conforme la derecha con crear el problema en 2005 y alimentarlo durante 13 años con todos los materiales a su alcance, ahora se proponen como adalides de la verdadera "españolidad", el amor patrio y otras estupideces, encaminadas todas ellas a generar el voto en las elecciones europeas del próximo 9 de junio en su favor. El ardid más vergonzoso y señero de todas sus acciones la vivimos el día de la votación de la Ley de Amnistía. El PP hizo de poli bueno, poli a la postre, y Vox de poli malo, ambas fuerzas buscando que se suspendiera el Pleno y tener así y sin la votación, una cuota de medios de comunicación bien adecuada. Montaron la mayor bronca jamás habida en democracia, y llegaron a insultar al parlamentario de Sumar Gerardo Pisarello, al grito de “sudaca”. Su respuesta mesurada, contundente y sin abandonar el marco democrático está ahí para ser recordada por muchos años.

El avance del fascismo también en la UE como aquí, e incluso a nivel planetario, exige una respuesta igual de poderosa en las RRSS que ahora son la calle moderna, al menos de igual magnitud que la que ellos se gastan. Todas las izquierdas y con ellas la razón filosófica que las asiste, pierden los partidos por incomparecencia en las RRSS y, esa batalla hay que darla y ganarla.

Ahora que la Ley de Amnistía está refrendada por la mayoría del pueblo español, queda que la minoría resentida tome lecciones de democracia y abandonen sus actitudes de matón de taberna, porque el "no al fascismo" y el "no pasarán" siguen ganado.


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