José Antonio Primo de Rivera, un noble, innoble.
El Comunero.
Mayo/23
La exhumación de los restos del fundador de Falange del Valle de los Caídos, para cumplir con la Ley de Memoria Histórica, lo ha devuelto a la plena actualidad.
Hijo del dictador Miguel Primo de Rivera, que gobernó España entre 1923 y 1930, tras encabezar un golpe de estado que contó con la aprobación del Rey Alfonso XIII de Borbón, se graduó en derecho y pronto se sintió atraído por el ideal fascista y se propuso ser el representante del fascismo hispano para lo cual fundó Falange Española y se nombró jefe.
Admirador de Mussolini y su obra, quiso dotar a su partido de un aura de misticismo y cuartelero, muy del gusto siempre del pueblo español, casi siempre alejado de la ilustración. Al frente de Falange, Primo de Rivera, se dedicó a pergeñar e involucrarse en todos y cada una de las aventuras golpistas que pretendían desde muy temprano acabar con la II República Española, contando para ello con la dinastía de los Borbón que desde el exilio extranjero financiaban y arengaban movimientos como el de de Falange, aunque el fascismo de Primo de Rivera fue siempre un fascismo pleno, en el que él pretendía en erigirse como "salvador de la patria" y gobernar el "nuevo estado" como un "Duce" a la española, de manera absoluta y con firmeza sin consentir ninguna anotación al margen del guion.
Buen orador, el madrileño supo también dotar a su partido de la estética paramilitar propia de los movimientos fascistas de la época, así como de los diversos signos patrios y desde luego de las oportuna referencias históricas, necesarias para la puesta en escena , y que rellenaran el inmenso vacío de un discurso populista, sonámbulo y egocéntrico, evocador siempre de un pasado glorioso que jamás volverá, que como hoy, ya entonces navegaba entre la ciencia ficción y el delirio, abusando de mentiras fabricadas a medida, manipulaciones de los acontecimientos, ningún rigor histórico y siempre en una espiral imparable de adoctrinamiento político y culto a la persona del líder.
En los primeros instantes de la Guerra Civil Española, precipitada en 1936 por el fracaso del golpe de estado fascista encabezado por el General Emilio Mola, Primo de Rivera, fue juzgado y condenado por conspiración y rebelión militar, encontrado culpable fue condenado a muerte y fusilado en Alicante.
Tras su muerte, su imagen fue instrumentalizada por el general traidor fascista francisco Franco, a quien José Antonio Primo de Rivera siempre trató con desprecio y al que criticaba en público y en privado, convirtiendo al abogado madrileño, que también ostentó el título, con grandeza de España, de Marqués de Estella, en un icono del fascismo español que, enfatizado hasta el ridículo, como todo lo que convenía al régimen franquista, terminó siendo irreconocible incluso para quienes lo habían conocido.
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