Pablo Motos, el oso hormiguero

El Comunero.

Diciembre/23.

 

 

No le hace gracia al sin gracia, que gente con gracia haga gracia a su costa, gracias a que él es un sin gracia, que aprovecha a gente con muy poca gracia para amedrentar con amenazas sin ninguna gracia a las gentes que a su costa hacen verdadera gracia.

 

 

Uno de los rostros más conocidos de la televisión en España es Pablo Motos, conductor del célebre El Hormiguero, de Antena3 televisión, un programa, en principio de humor y entrevistas desenfadadas, que ha ido derivando en un espacio de injuria política e insulto a la inteligencia, con un excesivo protagonismo de su presentador, empeñado en hacernos saber su opinión respecto a lo humano y lo divino, además de mantener una excesiva y en alguna ocasión inadecuada interacción con sus invitadas, a las que suele adornar con comentarios machistas y actitudes de marichulo, disimulándolas en una falsa aurea humorística que salvo a las hormigas de trapo que concurren en reírle las gracietas, no producen ninguna gracia, si acaso rechazo en la mayor parte de la población e incomodidad, cuando no enojo, de las víctimas de las gracietas del sin gracia.

Pero, según denuncia varios cómicos, al "humorista" Pablo Motos, no le hace ninguna gracia que otros humoristas hagan gracias sobre él, y aprovechando su indiscutible poder mediático y de producción, intenta amedrentar a esos profesionales del espectáculo que osan usarlo como blanco de unas bromas que el ofendido no tiene reparo en disparar contra otros. Según el presentador de El Hormiguero, en España no existe una libertad de expresión que él sobrepasa en muchísimas ocasiones, lo que ha llevado a humoristas a bromear con la incoherencia de liderar un programa en “primetime” donde arremete contra todo y contra todos los que le place, y en el que muchas veces sobrepasa los límites del decoro y la confianza, bromas, memes y comentarios que no han gustado nada al endiosado Motos que, según denuncia graciosos  como Facu Díaz, no ha dudado en designar a gente que «hace llamadas» para pedir explicaciones cuando alguien bromea sobre él o le lleva la contraria en público. «Pablo Motos te dice que no se puede decir nada mientras llama para presionar a cómicos para que quiten chistes de sus shows que tienen que ver con él», destacaba Díaz en su canal de Twitch. Mientras otro de los humoristas más populares Bob Pop se sumaba a las críticas contra el soberano himenóptero, que no ha dudado en comparar este asunto con el «Me too» en el mundo del cine. «Yo tengo varios amigos periodistas que me escribieron para contarme cómo Pablo Motos no solo les había recriminado, sino que también había llamado a sus productoras para pedir sus cabezas… Esta gente no lo ha hecho públicamente porque sigue sintiendo que esa amenaza está ahí», confesó el humorista en los micrófonos de la Cadena Ser. 

De modo que, según parece, Pablo Motos ha dejado de ser la reina del hormiguero, y se ha destapado como todo un oso hormiguero. 


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