Desencanto

Fernando Alés.

Noviembre/23.

 

 

El desencantado, a veces se hace carne porque no es fácil mantener ilusión alguna ante tanta barbarie. Tanta indiferencia. Tanta ignorancia. Y tanta mala baba como impregna cada rincón del mundo.

 

 

Como viene siendo habitual, intentaré que esta columna tenga las dosis precisas de sarcasmo y acidez habituales. Algo que, aunque os creáis que es fácil, no lo es en absoluto, cuando se levanta uno desencantado, con todo lo que está pasando por ahí.

Desencantado, digo, porque a veces no es fácil mantener el entusiasmo ante tanta barbarie. Tanta indiferencia. Tanta ignorancia. Y tanta mala baba como impregna cada rincón del mundo.

Tenemos el conflicto de Gaza, (conflicto es un eufemismo, lo que tenemos, es un exterminio genocida en toda regla) y donde los gobiernos occidentales, que nosotros democráticamente hemos elegido, respaldan sin pudor alguno las actuaciones de un país opresor, que está exterminando sistemáticamente a una población que, por no tener, no tiene ni si siquiera un país reconocido oficialmente. 

Donde mueren a diario, hombres, mujeres y niños, bombardeados criminalmente en sus casas, en las calles e incluso en los hospitales. Donde se les niega incluso el pan y la sal (tradúzcase, por el agua, la electricidad, y lo más básico para una mínima calidad de vida). Donde son refugiados en su propia tierra.

Aunque, si por un momento, me pongo en la mentalidad criminal de un sionista, diré con todo el cinismo del que sea capaz:

Que para lo que les queda de vida, no les hace falta nada de eso.

¿Dónde está el derecho internacional?

Cuando esto no tenga más remedio, entraran las fuerzas internacionales, entre las cenizas de lo que quede, con su ayuda humanitaria, a repartir comida, medios, y bolsas para cadáveres, para que los supervivientes puedan desescombrar y rescatar a los miles de muertos que habrá bajo cientos y cientos de escombros, sin desfallecer.

Pero esto no será en breve, ya ha anunciado el fascista Netanyaju, será una campaña larga y penosa. Quizás sea la nueva Polonia de 1939. Curiosamente con los judíos, del lado fascista.

En resumen, que no saldrán de allí hasta que no quede piedra, sobre piedra, y hayan asesinado al mayor número posible de palestinos.

Y después los medios de todos estos países, publicaran a todas horas, y en grandes titulares que su país envió tantos o cuantos aviones, repletos de “ayuda humanitaria” para paliar el sufrimiento del pueblo palestino.

Así de hipócritas somos.

La pregunta clave será:

¿Se va a acusar a los sionistas de crímenes de guerra? Eso todavía está por ver.

En otro orden de cosas, tenemos aquí, el panorama nacional.

Un año de gracia de 2023, en España, y en todos los rincones, donde la derecha ha sido capaz de aglutinar el suficiente número de borregos, para convocar bandera en mano y berridos reaccionarios en boca, manifestaciones contra el presidente en funciones, por una amnistía que todavía no se ha hecho efectiva y cuyos términos todavía no se conocen.

Maestros como son, de la manipulación, el engaño y la mentira, tendrán la suficiente repercusión, para que los medios de comunicación afines, les den la relevancia que no tienen.

Ya estoy un poco harto de tanto facha, queriendo salvar España.

España es mi Patria, porque, aunque sea de izquierdas, progresista y en la medida que puedo, humanista también.

España también es mi patria, y seguramente lo sea más que para muchos que portan la banderita cada vez que pueden, añoran cantar el Cara al Sol en público, pero cuando pueden sacan sus dineros de aquí para no colaborar, ni con el bienestar, ni con el progreso de su país. Y para muchos borregos, que ni conocen la historia, ni se van a preocupar nunca por conocerla.

Así que, a partir de ahora, cuando me refiera a España, lo haré como mi Patria, le joda a quien le joda. Y no llevaré una banderita en la pulsera, aunque la rojigüalda será mi bandera, hasta que haya otra más legitima.

Bueno, a lo que iba, que me sale la mala leche con tanto fascista y tanto gilipollas que les dan palmas.

Decía, que ahora estamos con el proceso de formar un gobierno lo más progresista posible, que no será la panacea del progresismo. Pero al menos será más progresista, que la opción contraria.

Y aquí nos enfrentamos a un serio conflicto de intereses. Porque contraprestaciones a cambio de los votos necesarios ha habido siempre.

Véase por ejemplo a don José Maria Aznar Lopez, con los pantalones bajados ante Jordi Pujol, en el sonado pacto Majestic.

Pero ahora la cosa pinta de otra forma, el sentido de Estado, no está en la mesa de operaciones. Aquí cada uno, se preocupa de lo suyo, acuñando para sus intereses particulares, aquello de: Y de lo mío. ¿Qué?

Espero que los independentistas entren en razón y podamos conseguir un gobierno de izquierdas y seguir adelante.

Sigamos, en buena lid todos, limando diferencias o directamente empezando de nuevo un proceso consensuado por todos y para todos.

Si no es así, me temo que iremos de nuevo a elecciones, con un posible resultado más reaccionario, donde los borregos azuzados por sus pastores, se comerán todos los pastos, dejando a mi Patria como un erial, sin poder plantar nada. No florecerán las mejoras sociales, ni la cultura ni la educación, ni la sanidad…

Y aquellos que tensaron la cuerda hasta romperla, se quedaran sin amnistía, sin referéndum, y seguramente con un 155 sobre sus cabezas, precisamente por su mala cabeza. Y con conflictos mucho más graves de los que ahora pueda haber.

Aunque como dijeron en su momento dirigentes de la lucha anti-terrorista: ¿Si se acaba esto, de que vamos a vivir nosotros?

Hay muchos intereses particulares por ambos lados, por encima del interés y el bien común.

Me quiero acordar en estos momentos de un anhelo que tuvo siempre Julio Anguita, que España se convirtiera en una República Federal.

Eso sería una solución ideal para un país tan parecido y a la vez tan diverso. Pero he te aquí, que tenemos un problema difícil de solucionar, si no hay voluntad política:

Los Borbones, (que por hacer un pareado fácil) me tienen hasta los c…

Y como garrapatas, no piensan soltar un país, que les mantiene sin dar un palo al agua.

Bueno ahí lo dejo, que hoy no tenía ganas de escribir, de miserias e ignorancias. Sea lo que sea, que pase aquí, o en otros confines, acabare con la frase habitual: A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.

PD. Tal y como va el mundo, yo creo que estos dos, son gente de bien.

(Ustedes ya me entienden.)


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