De qué Opino
El Colorao.
Noviembre/22
Buenas tardes a todos/todas/todes/todxs/toda@s, y demás especies habidas y por haber.
Como esta es mi primera intervención que mejor preámbulo para futuras intervenciones y sin que ello sirva de precedente, que; Opine de… mí.
Yo soy en mí mismo un personaje, que dado mi peculiar forma de escribir (lo hago con la izquierda) tener el corazón al mismo lado y la sangre carmesí. No tengo más remedio que posicionarme a la izquierda del espectro social que me rodea.
Por lo tanto, si alguien tenía la ilusión leerme y con ello justificar las bondades de aquellos nacionales o foráneos, que están jodiendo la tierra donde nací, y sus logros obtenidos, ya pueden ir pasando la página o comprarse el ABC.
En lo que a partir de ahora será esta sección, se hablará de tantas cosas que nos preocupan a los que nos queda sitio en la frente para medirlo con dos dedos. Economía, sanidad, ecologismo, salud, sociedad, religión, etc… Y de todas las cuestiones que sean inherentes a ello.
De política, al fin y al acabo. Porque no os engañéis, todo a lo que me he referido antes es política, en tanto en cuanto que es un político (el que por turno le haya tocado) Salvo que la horda de analfabetos políticos que tenemos en este país, decida que el inútil que rige nuestros destinos repita. Porque no nos engañemos (o bueno que no se engañe el que piense así) cuando dice:
No, si a mí la política no me interesa. La política si te interesa pedazo de imbécil. Porque cuando sube el pan, es política. Cuando la gasolina está más cara, es política. Ya veo a algunos/as en el bar con el cubata (una caña, que es más barato, y en España dentro de España, se toma en libertad) en la mano, quejándose entre trago y trago, a sus incondicionales, que asienten moviendo la cabeza, como el perrito de la bandeja trasera del coche: de que a sus niños este año no les han dado beca en el comedor, o que no tienen pediatra en el ambulatorio. Entre otras muchas cosas que saben de buena tinta, porque lo han dicho en la tele, la prensa o en el “feisbus” Echándole la culpa al gobierno, porque “los suyos”… Esos a los que usted, pedazo de imbécil ha votado, se lo han dicho así. No como lo que dices esos rojos de mierda, que lo único que quieren es arruinar el país.
Cuando una vez, entrado en discusión con alguien más cabal que él, se ve rodeado, sale con la coletilla aprendida de otros tan imbéciles como él, de: Si da igual, no ves que son todos iguales. Y se cree que queda como Dios, y los incondicionales del bar vuelven a asentir con la cabeza, como el perrito del coche.
Si usted, pedazo de analfabeto piensa así.
¿Para qué coño va a votar?
¿Para qué coño, nos va a joder la vida con su ignorancia? (Nos jode a los demás y se jode usted mismo)
Quédese en su casa, o vaya a misa, o al bar, o a donde le salga de los c…. y no llene las urnas con su falta de conciencia y de responsabilidad. Porque hay gente que va a votar con la esperanza de que lo que no está bien mejore, y con su papeleta lo único que hace es poner palos en las ruedas.
No quiera ser usted, El perro del Hortelano, que ni comía, ni dejaba comer. Porque al final, lo que será es el borrego que se ha creído las mentiras de aquellos a los que ha votado, y que entre un caso de corrupción y otro, se están riendo de usted que los ha votado y de los demás, porque tenemos que tragar con su falta de información, o con su mala baba.
Hay una frase, que viene a decir lo siguiente:
El que vota a ladrones y a corruptos, no es víctima, sino cómplice.
(No es literal) Y yo se la atribuyo a Julio Anguita.
Usted, vociferando, me dirá que no soy quien para decirle que no vaya a votar, porque es su derecho.
Pero eso no vale amigo mío; es su derecho y su obligación, es cierto. Como también es su derecho y su obligación estar informado, contrastar la información, no creerse lo que se oye en el bar, o la peluquería. Votar en conciencia. Por el bien común de todos, esa es la esencia de la Democracia.
Ya se tomaban decisiones solo por el bien de unos pocos en la dictadura.
No me sea usted reaccionario, por el amor de Dios.
Y como todo tiene que acabar, pues por esta vez.
Hasta aquí hemos llegado.
A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.
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