NO-DO, versión 2024
Fernando Alés.
Mayo/24.
Vivimos en tiempos convulsos, fragmentados, segmentados y separados por odios inducidos. Y lo queramos o no, estamos en uno u otro lado. Nuestra sociedad está polarizada, por intereses reaccionarios, que han calado bien en parte de la sociedad y por otros, progresistas en la medida que sea posible.
Yo, como podréis comprobar por anteriores artículos y por mi trayectoria en las redes sociales, soy una persona de ideología progresista, ideología, ni siquiera es la palabra, mejor diría de ideales progresistas. No tengo esa abducción fanática, ni por lo uno ni por lo otro. Busco desde mi perspectiva un punto de encuentro, de mejora social de la sociedad.
Si soy de izquierdas, solo es porque por coherencia y convicción no puedo ser de derechas. Y menos aún en este país, donde la derecha no es una derecha como tal, sino una reminiscencia del franquismo más rancio, que nunca se apagó del todo por culpa de una transición adulterada por un jefe del Estado, heredero de un régimen totalitario y genocida, imitador del fascismo italiano, traidor a la II República, a la que juró defender.
Traidor, como es nuestro miserable emérito. (Cada día tengo más arraigada la sospecha, de que el golpe de Estado del 23F, fue solo una puesta en escena para reafirmarse en el cargo y obtener el reconocimiento de toda la sociedad) Un tipo, que después de defraudar al estado, como otro de tantos vulgares corruptos, que tenemos la desgracia de sufrir. Pero este parapetado, cobarde e impunemente, detrás de una inviolabilidad de la corona, inadmisible en un Estado democrático.
Ahora se ríe de nosotros, yendo y viniendo cuando le place de su retiro en un exilio dorado. Hace falta tener muy poca vergüenza para aparecer por aquí sin un atisbo de arrepentimiento. Son hechos sobradamente comprobados, su falta de vergüenza y de ética.
“Lo siento, me he equivocado, y lo volverá a ocurrir”; dijo cuando le pillaron con su amante, matando elefantes en Botsuana, porque se rompió una cadera, el pobre hombre.
¿Qué quiso decir con eso? ¿Que no le volverían a pillar “in fraganti”? ¿Qué iba a seguir haciendo lo que le diera la gana, pero sin que nos enteráramos? Se lo monta bien, nuestro yayo, sabiendo que la justicia no le puede echar el guante. Más aún porque una parte del poder político son consentidores y cómplices de esas actuaciones, además de admiradores de esos “valores”.
La derecha como tal, llamada Partido Popular, (que gracia, el termino popular es un eufemismo con muy poca gracia). No es más que un grupo de neoliberales que llevan la corrupción en su ADN, ansiosos de poder, para saquear las arcas públicas a su antojo.
“España es diferente” que dijo su fundador el muy ilustre franquista, Don Manuel Fraga Iribarne.
Como bien dijo nuestro amado (al menos por mi) Julio Anguita.
Quién vota a corruptos, los legitima, los justifica y es responsable de ellos. (Yo hubiera dicho, cómplice)
Y luego está la ultra derecha, llamada VOX, como aquel panfleto de la Alemania nazi, que se publicó en varios idiomas de 1933 a 1945, siendo entonces embajador español en la Alemania nazi, el muy…. Ilustre Don Eugenio Espinosa de los Monteros, bisabuelo de no menos ilustre, Ivancito (como el personaje de Delibes) Espinosa de los Monteros.
Con esto no te digo ná, y te lo digo tó.
Pues nuestra patriótica ultraderecha, ensalzadora de los más repugnantes valores franquistas, que como único fin tiene la alineación de gentes resentidas, nostálgicos y una tropa cada vez mayor de incultos políticos, que no tienen ni la capacidad de saber quién es cada cual. Ni saber a qué clase de monstruos están votando.
Reaccionarios, que están inculcando mensajes de odio entre españoles y quieren que volvamos a la pérdida de derechos, al empobrecimiento de la sociedad (que no el suyo) y al pensamiento único del nacional-catolicismo. Volviendo otra vez a: Una, grande y Libre, el Cara al Sol, la misa diaria, la comunión para llevarnos la hostia en la iglesia y fuera de ella.
Cierto es, que en la izquierda también hay melocotones podridos, como en cualquier casa de vecino, y son tan miserables como los anteriores. Pero el tratamiento al menos en la actualidad no es el mismo, la derecha los apoya y los encubre, o los justifica, con el consabido: Y tú más.
Mientras en la izquierda se los desecha o arrincona.
Me vuelvo a referir a la frase de Julio Anguita, arriba mencionada.
Y gran parte de la culpa de que pase esto, es nuestra. Si, de los votantes. Que somos los que elegimos a quien debe administrar las arcas del Estado y quien debe legislar, para que haya la mayor igualdad posible entre todos los españoles, defendiendo nuestros intereses comunes y nuestros derechos. Con lo cual, somos responsables de lo que podemos ganar o de lo que podemos perder.
En un próximo artículo, daré mi opinión sobre nuestro electorado, sobre las diferentes tribus y sus expectativas electorales.
Digo opinión, que no dogma. Porque nunca fui de vocación docente, sino más bien de debates en buena lid y de tertulias que lleven a buenos fines.
Y hablando de fines, como hemos llegado al final, os dejaré una estrofa de Joaquín Sabina, en su canción: "Como te digo una có, te digo la ó..."
Que decía: Y habrá quien lo vote, que hay genta pa´tó.
Y por mi parte, aquello de: A quien Dios se la dé. San Pedro se la bendiga.
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