Treinta años de la caída del "hijo modelo", Mario Conde
El Comunero.
Enero/24.
En 1993 Luis Ángel Rojo, gobernador del Banco de España, decide la intervención del Banco de Crédito Español (BANESTO), una de las mayores entidades financieras de nuestro país, presidida por el "hombre de moda" en aquel momento, Mario Conde, destapando uno de los episodios más sangrantes de la sangrante historia de la corrupción española.
En 1987, un gallego (otro) Mario Conde, un abogado de brillante trayectoria empresarial, se hace con la presidencia de uno de los bancos más importantes de España, el Banco Español de Crédito (Banesto). Llega a la presidencia después de lograr frenar una Opa hostil que contra la entidad financiera de la que Conde es accionista, ha lanzado otro banco, el BBV en aquel momento con la bicefalia de Ángel Sánchez Asiaín y Emilio Ibarra.
Mario Conde se convertía de aquel modo, y con solo 39 años, en uno de los banqueros más influyentes de España. Se iniciaba un periodo de su vida desbordado de fama y honores, todo el mundo en el país le hacía la pelota, se le veía con frecuencia con el rey Juan Carlos I, que no tenía inconveniente en reconocer su intima amistad con el banquero, la Universidad Complutense de Madrid llegó a nombrarlo doctor honoris causa y las mujeres se lo rifaban, porque además de ser millonario es un hombre con un porte muy agradable, de personalidad afable y de un fuerte carisma.
Todo muy idílico, hasta que se rompió el hechizo y quedaron al descubierto las miserias del ídolo.
Todo empezó a torcerse para el pontevedrés (nació en la localidad de Tuy) un 28 de diciembre de 1993 cuando Luis Ángel Rojo, gobernador del Banco de España, siguiendo las recomendaciones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CMNV), que previamente había suspendido la cotización en bolsa de Benesto, odrena la intervención del banco, alarmados por el descomunal agujero de 450 mil millones de pesetas (2.700 millones de euros).
Tras una década de proceso judicial en 2001, la Audiencia nacional condenó a Mario Conde, por los delitos de estafa y apropiación indebida, a 14 años de prisión. Una sentencia revisada en 2002 por el Tribunal Supremo que aumentó la pena a 20 años de cárcel, aunque la sentencia jamás se cumplió en su integridad y en 2006, Mario Conde abandonaba en libertad, tras acogerse a distintos beneficios penitenciarios la prisión de Alcalá Meco.
Añadir comentario
Comentarios