Mal Mirado
Josemi Montalbán.
Julio/24.
Con el anhelo nunca satisfecho de una derecha democrática, moderna, europeísta, abierta de mentalidad y con los pies en el siglo XXI, fuimos viendo crecer, sin que nadie hiciera nada por impedirlo, un monstruo mucho más peligroso que el monstruo franquista, el neofranquismo, surgido de los efluvios anales del aznarismo.
En España tenemos la desgracia de carecer de una formación política de derechas, y nos hemos tenido que apañar, mal que bien, con un partido de extrema derecha, corte fascista y heredero del fascista régimen genocida del asesino Francisco Franco, que comenzó denominándose Alianza Popular, que resultó que hedía a rancio desde don Manuel, hasta el bedel, y eso echaba para atrás a los electores serios, y solo los votaban los inasequibles al desaliento, por eso en 1989, los franquistas le dieron una mano de pintura democrática a la fachada, se cambiaron la vieja camisa nueva por un polo Lacoste y pusieron al mando a un señor que no resultó ser lo bastante fascista, por lo que lo cambiaron rápidamente por otro más al gusto de los viejos mafiosos del antiguo régimen que vigilaban en la sombra que se cumpliera lo mandado por su generalísimo.
Aznar se llamó aquel señor, y después de perder una elección tras otra, el señor Aznar, como acérrimo patriota que es, no dudó en poner en serio peligro la estabilidad de España con tal de alcanzar el poder, criticó con fiereza la alianza de los socialistas con los nacionalistas catalanes remarcando entre quienes prestaban oídos a los sermones que desde la montaña de basura Guertel sermoneaba, que tal alianza rompería España, un mantra que los adeptos franquistas repetían incesantes e intensos como son, hasta que las urnas le concedieron el deseo y pusieron a su alcance la jefatura del gobierno pactando con los nacionalistas catalanes, unos rompedores de España que le sacaron al gran defensor de la patria Aznar, el doble que habían obtenido de los socialistas, como recompensa por prestarles sus votos para tener la tarjeta de visita del presidente del gobierno estampada con su nombre, pero entonces sucedió que España no solo no se rompía, sino que con aquella alianza, entre franquistas nacionales y nacionales oligarcas catalanes, se reforzaba la unidad y cohesión de una España plural de cojones.
Con el anhelo nunca satisfecho de una derecha democrática, moderna, europeísta, abierta de mentalidad y con los pies en el siglo XXI, fuimos viendo crecer, sin que nadie hiciera nada por impedirlo, un monstruo mucho más peligroso que el monstruo franquista, el neofranquismo, surgido de los efluvios anales del aznarismo, el monstruo nazi de VOX que vino a hacerse con un sitio a la derecha de la extrema derecha por obra y gracia de una banca avariciosa, unos latifundistas hampones y un puñado de mostrencos nostálgicos del asesino aquel del que los de Génova 13 son dignos herederos. Y como éramos pocos, nos parió la abuela y a la derecha de la derecha de la extrema derecha nos creció un cardo también proveniente de la cantera franquista del PP, un tipo ruin y con maneras de sicario, un tal Alvise, que pretende ser más hitleriano de lo que fue nunca Hitler. ya ve usted, cuando el cáncer no se trata a tiempo al final se extiende y pudre toda la sociedad que a duras penas intenta mantenerse a flote en una democracia tan débil como precaria.
Galeria de malformaciones democráticas surgidas al calor de la organización heredera del franquismo, el Partido Popular.
De Izquierda a derecha: Alberto Núñez Feijóo, Santiago Abaascal, Alvise Pérez e Isabel Díaz Ayuso.
Todo esto mientras la izquierda como siempre anda a la greña con la izquierda, porque quedarse tuerto a cambio de dejar ciego al vecino nunca estuvo mal visto entre la progresía española, para gran contento y solaz, de los acérrimos patriotas que van bizcos con un ojo en la poltrona política y el otro en la cuenta en Panamá.
Y es que en este país siempre hemos sido de mucho mirarnos...mal.
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