El nuevo orden mundial ya nos llega

José Miguel Montalbán.

Noviembre/23

 

 

Se está alimentando en estos días y desde el inicio de la guerra de Ucrania un nuevo monstruo global que también se amamanta de la belicosa teta israelí, un nuevo "orden mundial" que sus papás piensan alumbrar más rubio y blanquito que el anterior, pero igual de criminal, en una arenga de; "el liberalismo ha muerto. ¡Viva el liberalismo!". Una aberración global que nada bueno traerá.

 

Quizá debería saber usted, pero nadie se lo menciona, ocupados como están en mantenerlo en la inopia de la realidad, que el liberalismo ha fracasado, que eso del “mercado” ha sido una enorme y monumental boñiga que solo ha servido para acrecentar la desigualdad y la brecha social en todo el mundo, y para que cuatro sinvergüenzas que deberían de estar en prisión en lugar de navegando en hipermegasupergayates, se hagan asquerosamente más ricos de lo asquerosamente ricos que ya eran.

Que aquello que sostenía al capitalismo (el menos malo de los sistemas), es decir la clase media real, o sea, y para que usted me entienda, que los ricos eran pocos e inmensamente ricos, los pobres pocos y muy pobres, y entre unos y otros existía una mayoría de gente que vivía con cierta dignidad y algo de dinero atesoraba en la cartilla de ahorros, se fue echar un rato al burdel del ladrillo con el nuevo orden político que el amo yanqui nos decretó después de la caída del muro de Berlín y el palme de la Unión Soviética, tras la victoria que se apuntó el fascismo en su guerra fría contra el comunismo, momento en el que se abrió la veda del iraquí y esto fue una fiesta para cualquier sinvergüenza con pocos escrúpulos y un dólar que invertir en un “mercado” depredador y codicioso que finalmente, con la implantación del nuevo orden económico que nos decretó de nuevo amo yanqui tras el 11S y la segunda veda del iraquí, acabó zampándose prácticamente a la clase media y nos hizo a todos tan pobres que hoy muchos de nuestros conciudadanos no pueden ni pagarse una vivienda o dar a sus hijos una alimentación adecuada, alterando la pirámide social hasta dejarla en guitarra, con una extensa base extremadamente pobre, una casi inexistente clase media y una ampliada pero aún muy reducida casta de privilegiados que suponen el 1% de la población mundial, pero que sin embargo acumulan en sus paraísos más del 45% del dinero del planeta.

Los privilegiados, los indecentes, los sinvergüenzas y los acérrimos de todo, han comprendido que la comedia ya no hace ni puta gracia a nadie, y se les hace necesario un cambio de régimen económico, sin tocar en exceso las bases del régimen político, ese espejismo democrático y de presunta libertad, que tan buen resultado les está dando, tras haber aprendido muy bien la lección de 1917, la misma que tan soberbiamente suspendieron en 1789 y a duras penas aprobaron en 2012.

Un cambio de régimen económico, que no político, para el que se hace necesario un escenario de miedo global que posibilite la aceptación de buen grado por parte de los ciudadanos de un nuevo recorte de sus derechos y libertades, como ya ocurrió en 2001, en beneficio de una supuesta seguridad, que ponen en peligro precisamente quienes dicen estar garantizando nuestra seguridad.

Según el fascismo actual, que es más peligroso que el fascismo del siglo XX, la humanidad necesita un nuevo orden mundial y Estados Unidos está dispuesto liderarlo, naturalmente y faltaría más, algo, Pérez, que ya nos ha adelantado el emperador de occidente Joe Biden cuando nos ha dicho claramente en su último discurso al mundo que: “Creo que nosotros (Estados Unidos) tenemos la oportunidad de hacer esto si somos lo suficientemente valientes y confiados para unir al mundo como nunca antes se ha hecho. Pasamos 50 años en el período de posguerra en los que ese (orden mundial) funcionó bastante bien, pero ahora <... > se necesita un nuevo orden mundial” (otro más). Mientras que por su parte el emperador de imperio oriental, Vladimir Putin, firmó que: “el enfoque de Moscú, que lucha por un orden mundial justo, cuenta con el apoyo de muchos países. Al mismo tiempo, Occidente está perdiendo su apoyo en el mundo, ya que se basa en el pensamiento colonial y los enfoques políticos correspondientes”.

Palabras de aviso, de unos y otro, de lo que se nos viene encima, que a usted, Pérez, si no fuera tan borrego como necio es y se preocupara un poquito del mundo que le va a dejar a su hijo, en lugar de que todo le resbale mientras ondee una banderita en el balcón y una pelota ruede por el césped, le preocuparían tanto como a quienes prestamos atención a los acontecimientos y nos vemos frustradamente incapaces de subvertir el orden de las cosas y entorpecer al menos los planes pergeñados por los malos, porque nuestra fuerza radica en nuestro número, y de momento, a la espera de que usted espabile, estamos poquitos y, además, anémicos. Y es que tiene usted unas cosas...


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