Constitucionalistas inconstitucionales
José Miguel Montalbán.
Enero/23
La decisión del Tribunal Constitucional de no permitir el debate y posterior votación en el Senado de la ley aprobada por el Parlamento en la que se resuelve la renovación del propio Tribunal, que mantiene a dos de sus miembros, afines al Partido Popular, en situación ilegal e incumpliendo la Constitución, no fue una decisión judicial, sino la maniobra política de un partido que ha decidido quitarse la careta de “demócrata de toda la vida”, para mostrar su verdadero rostro, el del fascismo resentido, golpista y traidor, que se resiste a perder el control de aquello que un genocida les legó atado y bien atado.
La actuación irresponsable y contraria a la esencia propia de la democracia, aunque sea una democracia tan imperfecta y tutelada como la española, supone un golpe de estado de facto perpetrado por el brazo judicial de una organización criminal que, en cualquier democracia de verdad seria, ya hubiera sido ilegalizado, y se trata de un hecho inédito en las democracias de nuestro entorno, que además ha desatado una gravísima crisis institucional, y ha supuesto la voladura incontrolada de cualquier atisbo de independencia de los órganos de justicia de última instancia.
La primera enmienda modificaba la Ley Orgánica del Poder Judicial para rebajar la mayoría necesaria en el Consejo General del Poder Judicial a la hora de elegir a los dos magistrados que le corresponde designar, y cuyo nombramiento impiden desde septiembre los vocales conservadores de este órgano.
La segunda enmienda modificaría la ley que regula el funcionamiento del Tribunal Constitucional para eliminar la potestad que ahora tiene de dar su aprobación a los nuevos magistrados que designan el CGPJ, el Gobierno y el Parlamento, de manera que ya no sería necesario que el Constitucional estudiara la idoneidad de los magistrados propuestos por el Ejecutivo.
Detrás de todo este embrollo político/judicial está la intención del Partido Popular de seguir manteniendo secuestrado un Poder Judicial que garantiza su impunidad y su gobierno desde “la puerta de atrás”, burlando la voluntad del pueblo español libremente expresada en las urnas.
Un Partido Popular “constitucionalista” que no cumplen con la Constitución, con unos líderes que no cesan de autoproclamarse demócratas pero que no aceptan la decisión de un pueblo en teoría (solo en teoría) soberano, acérrimos “patriotas” que se van a Bruselas a mendigar que Europa perjudique a España, adalides del obrero que votan en contra de cualquier medida que remotamente favorezca al obrero, “Rambos” enfrascados en la lucha contra un comunismo que solo existe en su imaginación y las “noticias” que se escupen desde sus burdeles mediáticos para mantener entretenido al ciudadano, mientras perdonan millones a patriotas evasores mediante amnistías fiscales, o directamente eliminando los impuestos que más que les tocan. Comprometidos cruzados contra la corrupción, que se reparten ingentes cantidades de dineros públicos entre hermanos, amigos, parientes y parentelas de noble pelaje y blasonado pedigrí, que siguen saqueando el país, hoy más que ayer, pero menos que mañana.
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