Las Monjas Clarisas o el cisma de Burgos

El Comunero.

Junio/24.

 

 

El culebrón de las Monjas Clarisas de Belorado y Orduña, orden religiosa antaño famosa por elaborar deliciosas trufas de chocolate, y hoy porque se declarado en rebeldía ante el Vaticano, no parece tener un final a la vista y se anticipa un serial largo y es posible que tedioso.

 

Oscuros personajes, golfos de todo tipo, dieciséis monjas de dulce sonrisa, curas calavera, una monja desertora, fanáticos ultras, píos obispos, listillos, comisionistas, dudosos empresarios, mucho dinero en juego... Son los ingredientes del fenomenal y nuevo absurdo entretenimiento de los españoles a la hora del almuerzo.

El argumento del serial es de los más español, una congregación de religiosas reposteras, al parecer contrariadas porque no las dejan dar un pelotazo inmobiliario, y argumentando "dudas de conciencia", anuncian que se divorcian de la fe católica y mandan a hacer gárgaras al Papa Francisco, y le hacen un traje al obispo de Bilbao, Joseba Segura, antes de "apuntarse" en fervorosa unión a otra Iglesia, La Pía Unión de San Pablo, inventada por un falso cura excomulgado en 2019, Pablo de Rojas, que se ha auto ungido obispo y asegura que todos los Papas que se han sucedido después de Pio XII, son usurpadores, al que acompaña en la aventura monacal otro falso cura y ex camarero bilbaíno, José Ceacero, que se ha erigido en portavoz de las monjas.

El "obispo" Pablo de Rojas.

El "obispo" Rojas lleva una vida de lujo y algo extravagante que muestra sin pudor alguno en sus redes sociales. Se trata de un "religioso" bastante peculiar que viste con una indumentaria eclesiástica que se usaba en los años 50, oficia la misa en latín, y se presenta como 'Duque Imperial' y 'Príncipe Elector' del Sacro Imperio Romano. Vive en un "modesto" piso de 800 metros cuadrados, atendido por sirvientas con cofia y mayordomos con chaqué, y en el que ofrece homilías preconciliares.

Según los cismáticos, la sede del Vaticano "está vacante desde el Concilio Vaticano II,". De Rojas defiende que su nombramiento es "lícito y válido". Un elevado tren de vida, como corresponde a una alta dignidad de la Iglesia y que según dice puede sostener gracias a las donaciones de particulares.

Detrás de todo este sainete digno de lo mejor de Furmento, parece que se encuentra el fallido intento hacerse con la propiedad del convento. En un comunicado sin desperdicio y de lo más surrealista las "monjas rebeldes" aseguran que toman tan drástica decisión ante la "persecución" y el "abandono" por parte de la Iglesia de Roma.

en el escrito acusan al Vaticano de no querer concederles la "licencia de venta del convento de Derio (Bizkaia)" y de no permitirles "cumplir con los pagos" del Monasterio de Orduña y, a raíz de ello, haber rescindido el contrato de compraventa de este lugar sagrado "sin previo aviso".


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