Remembranza de La Sala Chá


Elepé.

Junio/24.

 

 

Mi idea era irme a estudiar a Cuba. sin embargo, Cuba vino a mí de una manera muy especial gracias a un gran músico cubano, hoy un gran amigo, llamado Manuel Machado.

 

Este mes quiero dedicarlo a una sala granadina que, desde un punto de vista cultural y musical, ha sido un faro de vida para la ciudad de Granada durante los años 90. Me refiero a la Sala Chá, originalmente conocida como Pub Cha-cha-cha. Esta local, con una superficie aproximada de 220 metros cuadrados, comenzó su historia en la década de los ochenta como un pub con pista de patinaje llamado Don Patín (¡todo es posible en Granada!).

Para mí, su historia comienza en 1994, cuando conocí al propietario, un argentino con una gran pasión por la música latina. En mi remembranza anteriorhttps://mediterraneoalternativa.webador.es/nochesalsera-alsoniquete-mayo24, relato mi participación y coordinación en las fiestas del Zaidín, especialmente en la noche de salsa del evento. Esa noche, tras finalizar el concierto, conocí al “propietario embaucador” del Chá en el backstage. Le encantó nuestra participación y nos propuso tocar todos los fines de semana en su local...

A pesar de tener años de experiencia en la vida nocturna y saber que en ese momento ya tocaban en su local algunos compañeros del gremio, no dudé en preguntar por ellos, por su continuación. Su respuesta fue contundente: Yo soy el que contrata”. Entendí perfectamente lo que quería decir.

Este hecho, sin embargo, desató la envidia y los desprecios que, lamentablemente, son comunes en Granada, donde el chismorreo con maldad es una constante. Recuerdo una noche en El Aljibe, un local mítico de Granada, donde trabajaba un pariente y éste, me comentó los rumores que circulaban sobre mi persona. Se decía que yo explotaba a los músicos cubanos. La envidia es muy mala. En realidad, el “embaucador” del Chá pagaba 8.000 pesetas por músico, sin cubrir los gastos de viaje, comida y alojamiento. Por entonces, yo formaba parte del grupo musical La Guardia, disfrutando de buenas giras y sin problemas económicos para cubrir esos gastos adicionales. Esto ha quedado demostrado por la buena disposición de los compañeros. De ellos aprendí una linda expresión cubana: “cuentas claras conservan amistades”, estuvimos tocando allí durante dos años, a los que se sumaron otros cuatro más, cuando me hice cargo del local hasta que lo traspasé en 2001.

Yo traía una gran pasión por aprender este género musical desde cuando estuve en Cuba con Carlos Cano y mi idea era irme a estudiar allí. En este enlace cuento la aventura cubana.

 

https://mediterraneoalternativa.webador.es/alsoniquete-marzo23

 

Sin embargo, Cuba vino a mí de una manera muy especial gracias a un gran músico cubano, hoy en día, un gran amigo, llamado Manuel Machado.

Volviendo al local, para mí fue una bendición poder tocar allí todos los fines de semana. Fue un buen colchón de partida para el proyecto CuBop. No ensayábamos; mi función era sacar los temas y mandar las partituras por fax. Los nuevos temas los veíamos en las pruebas de sonido. Era increíble la forma de trabajar y funcionaba. Estar rodeado de grandes músicos me permitió aprender a una velocidad vertiginosa.

CuBop se convirtió en el grupo de moda granadino de mediados de los 90 y la BBC la cumplíamos a rajatabla, es decir, bodas, bautizos, comuniones pasaron por nuestras siglas. Muchos dobletes, es decir, eventos al medio día y luego por la noche en pub, festivales de Jazz, étnicos, de salsa ,etc. muchos contactos salían de la sala.

En cuanto al espacio escénico, al principio tocábamos en un lateral del local para dejar un gran espacio a los bailarines de salsa. 

Sin embargo, el local experimentó un crecimiento apabullante de público gracias al “boca a boca”, este funcionó mejor que las redes sociales (aún no existían). Además, contábamos con el mejor periodista musical de la ciudad, Juan Jesús Garcia, que difundía toda la información en su columna cultural del periódico Ideal, y también a través de la revista cultural Yuzin, que supo darle una buena imagen al dirigirla un excelente amigo y músico gaditano Alfredo Martínez, la revista fue todo un referente por aquella época y fue de una gran ayuda para los adictos a la música en vivo.

Un día, hablando con el embaucador del local, el argentino, surgió la idea de construir un escenario frontal para tener toda la sala diáfana y poder disfrutar mejor del espectáculo. Me animó a hacerme socio del pub. Yo, que venía de trabajar en pubs desde joven y tenía inolvidables recuerdos de lugares como Free, Mingus y La Recacha, donde compaginaba mis estudios con el trabajo de pinchadiscos, no lo dudé. Además, ya estaba pinchando en la Chá , aparte de tocar con el grupo, pero la invitación a ser socio era aún más atractiva. El romanticismo va por dentro.

Sería la primera vez que entraba en una sociedad y, como sabemos, las cosas a medias pueden acabar mal. Para resumir rápidamente, me hice socio entregando una cantidad de dinero y, todo muy legal, delante de un abogado…cuando vuelvo ese verano de una gira con La Guardia, la otra socia (pareja del embaucador) me informa que él ha desaparecido de su vida, llevándose su pasaporte, sin dejar rastro, y …que teníamos un desahucio del local a la vuelta de la esquina.

Al entrar en la sociedad, obviamente, le pedí los últimos recibos del alquiler del local, pero el muy granuja me mostró recibos falsos. El desahucio era para primeros de enero. Se debían casi tres millones de pesetas de las de entonces.

Mi experiencia como socio empezaba mal. Para colmo, el dueño oficial del local ya había hablado con los inquilinos de una pizzería que lindaba pared con pared, para ampliarles su negocio, ya que también era de su propiedad. No daba crédito a perder así, tan rápido, sin más, una considerable cantidad de dinero.

Entré con la ilusión de realizar una buena reforma, como así se hizo, pero no con un desahucio en toda la cara. Sin embargo, durante esos meses ocurrió algo inaudito. Había unas televisiones de pared en el local y aparecieron imágenes de una redada de los Geos en Santa Fe, deteniendo a un mafioso acusado de asesinato por la justicia italiana, y mostrando las fachadas de la pizzería y del pub Cha. 

Esto llegó a oídos del dueño del local, quien no dudó en anular el alquiler del espacio del pub para la pizzería, había relación entre el mafioso y la pizzería. Así que un día muy señalado, el día de los Inocentes vino el gestor del dueño del local para comunicarme que si le conseguía los tres millones de pesetas podíamos seguir con el Pub. No daba crédito por el día que era o por la suerte que tuve.

Entonces, me puse a buscar un nuevo socio desesperadamente y lo encontré gracias a otro romántico por la música en vivo y propietario de otro afamado pub en Granada. Se logró sacar el local adelante durante cuatro años más hasta que le traspasé mi parte en el 2001. A los meses de toda esta aventura, tuve la visita de unos “prestamistas” que estaban buscando al “embaucador argentino”, al parecer, también les dejó una púa y con una “pipa” por delante me comentaron que ese local era de ellos, a mí no me quedó otro comentario que decirles “por mí, pueden vaciarle el cargador” pero que el bar tenía que sacarlo adelante, si o si, y les propuse trabajarlo a medias, no quedaba otra. No volvieron más. ¡Qué alivio!

La “Sala Chá” fue el nombre que le pusimos en esta nueva aventura que hizo de este lugar una sala emblemática, humildemente le decía el “Paladium” granadino. Presentamos allí nuestro primer cd , “Goza Morena Goza,(1996)  y se cocinó el otro cd, Tributo a Tito Puente(2001) como el Homenaje a Blood, Sweet & Tears.

Allí vivimos una época musicalmente hermosa. El escenario bien insonorizado, con cortinas ignífugas, un buen sonido, fue de éxito hasta que llegó la ley de Calidad del Aire. Esta ley puso la música en vivo contra la espada y la pared. Aparecieron los limitadores, que solo beneficiaban a los bolsillos de los ingenieros del ayuntamiento, y supuso la derrota de la música en vivo en Granada durante esa guerra que se mantuvo contra los decibelios. Una ley un poco compleja porque no dejaban aparatos eléctricos, es decir amplificadores y si se utilizaban tenían que pasar por el limitador que dejaba la calidad del sonido por los suelos. 

Tuvimos conciertos memorables con Hilario Camacho, Luis Pastor, Pepin Tre, Gema y Pavel, La Buena Vida, Javier Ruibal…y todo lo mejor que había en aquellos momentos en la ciudad de Granada como Supervivientes, Funkdación, Pecos Beck & TitoPoyatosBand, Los Lagartos, La Blues Band de Granada, Lori Meyers, así como grupos étnicos, Al Jaima, y obviamente, conciertos de flamenco, éstos en manos de críos que hoy en día son referentes, como Julian Heredia, Cheyene, Morenito, Sergio el “colorao” …

El espacio escénico nos daba mucho juego para diferentes artes como las sesiones de salsa, danza del vientre, teatro, etc. Fue todo un lujo haber defendido este espacio escénico con más de 500 conciertos celebrados, hasta que todo tiene su final y esto sucedió cuando una “frambuesa” apareció por el local y me robó el corazón para sacarme de la noche.


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