Israel o Venezuela. ¡Hagan juego!
Fernando Alés.
Octubre/24.
Los únicos cambios que podemos percibir en el mundo son los puramente climáticos, y cuidado, porque el tiempo se ha vuelto loco, que ya decía mi abuelo en sus tiempos. Yo añado: Y la política.
Bueno, pues parece que ya hemos entrado de lleno en el otoño, la estación bucólica por excelencia. Después de los rigores del verano, llega un tiempo con temperaturas más suaves, que nos deberían hacer más grata la vida, al menos climáticamente hablando.
Me vais a perdonar, pero sigo siendo un ingenuo crónico.
Los únicos cambios que podemos percibir en el mundo son los puramente climáticos, y cuidado, porque el tiempo se ha vuelto loco, que ya decía mi abuelo en sus tiempos. Yo añado: Y la política.
El resto del panorama sigue igual, sí no peor. La situación en Gaza parece pasar a un segundo plano, ante la nueva primicia informativa que se avecina; la guerra abierta entre Israel y Hizbulá en suelo libanés.
Lo que presumo que pueda ser la invasión de otro Estado soberano, con el beneplácito geopolítico, estratégico y armamentístico en la zona.
Gaza está controlada, parece que Hamás ha perdido su capacidad de réplica. Y los palestinos… Los palestinos a seguir padeciendo las calamidades, y miserias a las que las ha sometido; no ya el ejército de Israel, como ejecutor; si no la indiferencia internacional, como espectador pasivo.
Israel ha utilizado proyectiles de fósforo blanco contra población civil en la ciudad de Khirbet Selm, en el sur del Líbano.
Como dice la Torá respecto a la autodefensa del pueblo de Israel:
Si alguien viene a matarte, levántate y mátalo.
Una lógica paralela y con fundamento legal según esas escrituras sería:
Si alguien viene a hacerte daño, levántate y mátalo. O por fanatismo o intereses políticos, mátalo directamente.
Esto interpretado políticamente según los intereses del criminal de guerra y genocida Benjamín Netanyahu, justifica la inmoralidad moral de un asesino sin principios y sin más valores que su permanencia y sus acólitos en el poder a costa de todo y de todos, principalmente los parientes pobres de los árabes: Los palestinos.
Se me ocurre comentar a título particular:
Joder, con el pueblo elegido por Dios. No podía haber elegido otro más soberbio y criminal que este, se ha lucido.
Otro puntito en su contra, que apunto en mi baremo particular.
La crudísima imagen del rostro de Muhannad Jouda, un niño palestino de 12 años, que fue asesinado en uno de los bombardeos de la aviación israelí en el barrio de Sheikh Radwan de la ciudad de Gaza.
De nada va a servir la resolución del 18/09/2024, para exigir el fin de la ocupación de los territorios ocupados en Palestina, con un plazo de doce meses. Con la abstención “curiosamente” de numerosos países europeos entre otros.
¿Qué van a hacer luego? ¿Mandar a las fuerzas internacionales (los cascos azules) a expulsar a los judíos de los territorios ocupados?
Voy a esperar sentado y conteniendo mis más ácidos sarcasmos.
La respuesta judía, ha sido la más total indiferencia y la indignante iniciativa de organizar paseos marítimos turísticos, para que los ciudadanos judíos, (familias enteras, incluidos niños) puedan ver el poder de devastación de su ejército y ya de paso ir viendo donde se ubicaran los nuevos asentamientos para colonos.
Tenemos otro tema de rabiosa actualidad: Venezuela y sus comicios.
El pasado 28 de julio se celebraron elecciones a la presidencia de Venezuela, con dos candidatos principales entre diez posibles.
El omnipresente Nicolás Maduro y el opositor Edmundo González.
Las elecciones al parecer se celebraron sin nada relevante que mencionar.
Lo rocambolesco viene después a la hora de escrutar los resultados, cuando los dos principales candidatos se declaran vencedores por mayoría, con la pequeña particularidad, de que ninguno de los dos presenta las actas. Lo cual es cuando menos sospechoso.
Respecto a los candidatos, hay tela que cortar para hacerle un traje a cada uno.
A saber:
Edmundo González, un candidato con un pasado sangriento y modos de tirano.
Edmundo González Urrutia, tiene una trayectoria de derechas que viene de lejos, conspirador y golpista. En los inicios de su carrera, en los años 80, fue funcionario de Venezuela en El Salvador, captado por la CIA para la creación de grupos paramilitares y escuadrones de la muerte, según los defensores de los derechos humanos de El Salvador. Acusado de crímenes de lesa humanidad. Vamos, un “baluarte” de la libertad y la justicia.
Por otro lado, tenemos a Nicolás Maduro Guerra, un conductor de autobús que ha ido a más, arrimándose a Hugo Chavez, fundador del movimiento bolivariano. Que ha sabido ganarse el favor de su presidente, hasta el punto de ser nombrado por este, antes de su muerte, como su sucesor.
Sin entrar en posicionamientos políticos, cabe destacar que, a pesar de gobernar un país con enormes recursos económicos, tales como tener la mayor reserva de petróleo del mundo, tiene también otros recursos muy importantes, cifrados en yacimientos minerales, tales como el carbón, el hierro, el oro, entre otros. Es en realidad un país rico donde abunda la pobreza. Con una inflación galopante, sea por la mala gestión del gobierno, la corrupción o factores externos (ya me entienden).
Nicolás Maduro, un presidente electo con presente sangriento y modos de tirano.
La cuestión es que la población vive una situación de pobreza hasta el punto de tener que recibir del Estado las polémicas bolsas de alimentos que el gobierno vende a modo de ayuda social.
Amén de la militarización de las calles, la persecución de la disidencia, entre otros factores intimidatorios o directamente represores.
De hecho, el 9 de septiembre, se detuvo a dos ciudadanos españoles acusados de conspirar para asesinar al presidente Maduro.
Sin haber aportado ningún tipo de pruebas y al cerrar esta columna, se encuentran “desaparecidos”.
Nuestra ministra de Defensa llegó a calificar al gobierno de Maduro de dictadura y algún político europeo también.
Yo no voy a ir tan lejos, porque técnicamente sigue siendo una democracia. Aunque sí me voy a permitir calificar a Venezuela de: “Democracia Totalitaria”, (término recién acuñado por mi), vistas las actuaciones gubernamentales con su población.
La cuestión, para resumir, es que sea por unas cuestiones o por otras, la gran perjudicada en todo esto es la población, La gente llana de la calle.
De una u otra forma, con el gobierno existente o el que esté por venir, si llega a gobernar.
Veo que Venezuela será la próxima Argentina, o bien; al paso lento bolivariano marcado por un presidente Inmaduro o de una forma mucho más rápida si llega al poder un presidente tan Inmundo, como se le supone…
Y por este mes, quedan aquí mis reflexiones.
Este mes, ni San Pedro no bendecirá nada, porque el Dios de los judíos es Yahvé, o el impronunciable YHWH y los bolivarianos tampoco son muy de dioses y zarandajas de esas.
Así que…cada cual se las bendiga como pueda.
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