UNRWA: en la distopía de Israel para Palestina

Specula.
Febrero/24

 

 

Por fin la Corte Internacional de Justicia (CIJ), dependiente de las Naciones Unidas, se pronunció en primera instancia sobre la demanda interpuesta por Sudáfrica, que acusa a Israel de estar cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino.

 

Asumiendo la investigación de los hechos, aunque sabemos que puede tardar años en obtener y presentar resultados, esta resolución provee de herramientas para combatir la situación crítica que se está viviendo en Gaza.

Esas medidas provisionales presentadas, aunque no incluyen el alto al fuego, que era la principal medida para salvar vidas, presenta otras exigencias concretas que buscan evitar el desarrollo de un genocidio y la eliminación de pruebas por parte de Israel. Qué curiosos que ese mismo día salió a la luz también la denuncia, por parte de Israel, de la participación de trabajadores de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) en los ataques de la resistencia palestina del pasado 7 de octubre de 2023.

La respuesta por parte de la UNRWA fue la destitución de estos trabajadores y la apertura de una investigación interna. Los aliados de Israel, como EE.UU., algunos países de la Unión Europea (UE) y Australia, por su parte, decidieron castigar a esta agencia mediante la congelación de sus aportes a la financiación de un organismo que en el actual contexto es clave para evitar, entre otras cosas, la profundización de la crisis humanitaria en Gaza. Más madrea israelita. Recordemos que con estas medidas, los países occidentales, por lo tanto, no solo actuaron de urgencia ante una información no contrastada y de parte, sino que además obviaron el mandato de Naciones Unidas de hacer todo lo posible por evitar un genocidio en Gaza.

Es el mismo motivo por el que existe la UNRWA, el motivo por el que Gaza está superpoblada y el motivo por el que la resistencia Palestina atacó el 7 de octubre de 2023 se interrelacionan y dibujan la realidad que lleva viviendo el pueblo palestino desde hace 70 años. Esos motivos, lejos de dar legitimidad a Israel, otorgan más argumentos a la demanda sudafricana.

Recordemos también que la UNRWA fue creada por la Asamblea General de Naciones Unidas –en virtud de la Resolución 302 del 8 de diciembre de 1949– debido a la expulsión de más de 700.000 Palestinos por el avance de las tropas israelíes.

 Lo que la causa Palestina llama la catástrofe o la Nakba. Así pues, la UNRWA es el único organismo de atención al refugiado que es específico de un territorio concreto. Los campos de refugiados se encuentran en países limítrofes como Siria, Jordania y Líbano, o dentro del propio territorio palestino, como Cisjordania o la Franja de Gaza. Según fuentes oficiales, 1.554.371 palestinos víctimas del desplazamiento interno forzoso por la colonización israelí se encuentran en los ocho campos de refugiados de la Franja. Es este el motivo principal por el que ese territorio está superpoblado.

Estos elementos que hacen a la UNRWA diferente son claves para comprender por qué, si bien este organismo ha sido funcional a los intereses de la colonización, llegados a este punto, para aquellos que desean reescribir la historia, es tan importante acabar con él. El objetivo real son los refugiados, y sus trabajadores, como en otros organismos dependientes de Naciones unidas, son en su mayoría nativos del territorio donde realizan su labor. Como en cualquier otra profesión, trabajar para la ONU no limita tus derechos políticos, es decir, puedes tener tu propia ideología, militar en un partido u organización, etc. Por otra parte, ser parte de un organismo o una empresa tampoco limita la capacidad para participar de ninguna acción criminal. Cualquier delincuente, incluso en los delitos más comunes, ha podido trabajar en distintas empresas y organismos previamente.

La demanda presentada por Sudáfrica aporta pruebas en un amplio documento de 84 páginas, donde queda en evidencia la intencionalidad de Israel, no solo por sus acciones, sino también por las declaraciones descaradas– que muestran una intencionalidad manifiesta–, proferidas en múltiples ocasiones por distintos políticos sionistas.

"Será imposible ganar la guerra si no destruimos la UNRWA, y esta destrucción debe comenzar de inmediato", declaró en el Kenésset (parlamento israelí), la analista y ex funcionaria del Ministerio de Asuntos Exteriores y de las Fuerzas de Defensa de Israel Noga Arbell, el pasado 6 de enero. Actualmente, ella es representante en el parlamento israelí del tanque de pensamiento de la derecha liberal sionista, Kohelet.

Incluso en un absoluto insulto a la inteligencia, pretendía hacer responsable a terceros países de no "acoger" a estos refugiados (¿apátridas?) y, con ello, negar la consecución de un Estado 100 % judío. ¿Puede haber una confesión más clara de una pretensión de limpieza étnica de un territorio?

Los países occidentales no han salido, en el mejor de los casos, de una tímida condena o un hipócrita llamamiento a la creación de un Estado Palestino, que, además, en el actual escenario es absolutamente inviable. Sin embargo, han sido rápidos en dos ocasiones, en medio de la actual situación. En primer lugar, para apoyar la operación de EE.UU. contra Yemen por sus acciones de solidaridad con los palestinos. Y en segunda instancia, para centrar sus esfuerzos en condenar a la UNRWA, mientras siguen apoyando militarmente y en la esfera diplomática los planes de Israel. En este punto, no es difícil ver quién es quién y cuál es la estrategia.


Valoración: 5 estrellas
1 voto

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios