La hora extra, sin extra
Daniel Martín.
Octubre/24.
Los trabajadores españoles, al margen de los regalos a la hora de negociar los convenios, ragala a sus empresas la nada despreciable cantidad de 3.254 millones de euros, al dejar de percibir las horas extras que trabajan.
Según el sindicato Comisiones Obreras, los últimos datos que refleja la Encuesta de Población Activa (EPA) en relación con el número de horas que trabajamos y no cobramos los españoles, asciendo a casi millón semanalmente, un dato, según el sindicato, que es equivalente al 50% de los empleados que hacen horas extras.
El ahorro que las empresas obtienen al no pagar las horas extras de sus empleados asciende a unos 3.254 millones de euros al año, es decir, para que usted me entienda, que los trabajadores dejamos de ganar 3.254 millones que, en lugar de a nuestros bolsillos, pasa a engordar las cuentas de resultados de los empresarios.
Un sistema diseñado precisamente para perpetuar la desigualdad laboral y social, al tiempo que mina las bases de un mercado laboral justo y digno, que pueda contribuir a una mayor justicia social y un Estado más equitativo y solidario. Cabe deducir pues, que los trabajadores españoles, al margen de los regalos a la hora de negociar los convenios, ragala a sus empresas la nada despreciable cantidad de 3.254 millones de euros, al dejar de percibir las horas extras que trabaja.
A pesar de las normas, las inspecciones, la inversión y los ajustes dispuestos para controlar el abuso de las horas extra y sobre todo para procurar que las mimas sean remuneradas, son cientos de miles de asalariados los que se ven afectados por esta explotación no tan encubierta, pero desde luego silenciosa que repercute muy negativamente en la economía de los trabajadores, mientras que aumenta el patrimonio personal y empresarial de quienes incumplen la legislación, y hacen del silencio cobarde de muchos empleados, el arma perfecta para robar al obrero, lo que al obrero pertenece.
Las horas extra impagadas no solo son una cuestión de honestidad empresarial, son también un severo problema económico que ampara la precarización del mercado laboral, y en el mantenimiento de los niveles de desempleo en España, ya que el número de horas extras que se trabajan y no se cobran semanalmente en nuestro país es de 2,61 millones lo que equivale a la creación de 70.000 empleos nuevos, cada semana.
Las horas extras están reguladas por el artículo 35 del Estatuto de los Trabajadores, y, bien por medio del convenio colectivo, o en defecto de este, por medio del contrato laboral, se tiene que optar entre pagar las horas extras en la cuantía acordada, o bien compensarlas por tiempos equivalentes de descanso retribuido, todo ello con un límite 80 horas extraordinarias al año, salvo que sea para prevenir o reparar siniestros y otros daños extraordinarios y urgentes, y siempre teniendo en cuenta que el empleado no tiene la obligación de trabajar horas extras, salvo que su realización esté pactada en el convenio colectivo de su sector o en el contrato, con los límites legales.
No obstante, son centenares de miles los trabajadores que, por desconocimiento, miedo, coacciones, u otros motivos, no reclaman el pago de las horas extras, beneficiando de ese modo las arcas de las empresas y las cuentas de los empresarios, y perjudicando su economía familiar, pero también a la de millones de compatriotas que se ven afectados por la no creación de nuevos puestos de trabajo.
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