El gol de los oprimidos
Dani Martín.
Enero/25.
Las decenas de miles de camisetas, gorras, carteras... El macabro merchandising producido tras el asesinato de Brian Thompson, el ejecutivo de la compañía de salud estadounidense United Healthcare asesinado el pasado mes de diciembre, debe ser algo más que negocio de desaprensivos y entenderse como lo que es, un signo de hartazgo de la gente.
Que la muerte de un ser humano sea celebrada como liberación de alguien es comprensible desde el punto de vista humano de la desesperación. Sin embargo, que el asesinato de un hombre en plena Sexta Avenida de Nueva York se convierta en negocio de quienes no tienen la más mínima muestra de empatía por su propia especie, pero demuestran una enorme capacidad como emprendedores, debería hacernos recapacitar sobre el “negocio”, y hacernos preguntas como...
¿Es lícito comercial con la muerte de alguien? Si, desde luego, y más en un sistema depredador diseñado para hacer negocio de lo que sea como este liberalismo impuesto por las élites financieras sin avisar y sin vaselina. Puede ser moralmente criticable, pero es lícito.
¿Cómo es posible que se haga negocio de la muerte de alguien? Supongo que depende del alguien en concreto, quiero pensar que no de la muerte de todos se puede hacer negocio. Y aquí me quiero plantar. ¿Qué hace posible que el regocijo por la muerte de un ser humano sea tan rentable como para que genere negocio? La respuesta solo puede ser una, desde mi punto de vista. El odio.
Sin embargo, Brian Thompson, el ejecutivo de United Healthcare, la mayor aseguradora médica de Estados Unidos, asesinado el pasado día cuatro de diciembre frente al exclusivo Hotel Hilton a solo unos pasos de Times Square en plena Sexta Avenida neoyorkina, no era una persona especialmente odiada o con enemigos significativos. No obstante, su muerte se ha convertido en un acontecimiento nacional que ha llevado a algún avispado “hombre de negocios” a vender decenas de miles de camisetas, gorras, carteras...
El macabro merchandising producido tras el asesinato de Brian Thompson, debe ser algo más que negocio de desaprensivos y entenderse como lo que es, un signo de hartazgo de la gente.

Imagen: EPA
El liberalismo que nos han impuesto las élites financieras, en el que se comercia con absolutamente todo, incluida la vida humana, está llevando a la desesperación a aquellos que, por la razón que sea, no logran reunir el dinero suficiente para pagar su hipoteca, la universidad de los hijos, o el tratamiento para intervenir contra la enfermedad que padecen aquellos a quienes ama. Hay cosas con las que no se debe comerciar, y mucho menos convertir en objeto de especulación con el que cuatro bribones se pueden lucrar y aumentar su ya desproporcionada fortuna.

El presunto asesino del ejecutivo de United Healthcare, Brian Thompson, según la policía sería este hombre, Luigi Mangione, convertido en héroe, aunque no se conocen sus motivos, todo parece indicar que fue un "reajuste social" por el rechazo de la compañía sanitaria a atender a un familiar del joven.
Imagen: RED
El ser humano Brian Thompson, no era el responsable del sistema que nos devora, pero sí uno de los engranajes que lo hacen funcionar, y su presunto asesino Luigi Mangione, un muchacho para nada desarraigado, ni con problemas de droga o exclusión, un joven con un buen trabajo, con estudios, los recursos y la inteligencia necesaria para fabricar una pistola con una impresora 3D, sí que es una víctima del sistema; “delay” (retrasar), “defend” (defender), “depose)” ( destruir), dejó escrito en los tres casquillos de bala que quedaron en el suelo tras el asesinato del ejecutivo, a modo de justificación del mismo. Luigi Mangione se ha convertido en un criminal para el sistema, que lo juzgará y condenará de acuerdo a las normas del sistema; pero también es un héroe para buena parte del pueblo que compra sin rubor los productos que lo exhiben como si de una estrella del deporte se tratara, millones de ciudadanos que celebran la muerte Thompson, gentes honestas, incapaces de hacer daño a nadie, pero que padecen la crueldad extrema del sistema que nos va asesinando poco a poco, mientras nos ofrece la comodidad de mullidos ataúdes por un módico precio astronómico para que nuestro descanso eterno sea un descanso en paz, y por eso sienten el crimen de Mangione, no como crimen, sino como acto de justicia.
Millones de personas que se sienten desagraviadas por los tres disparos de Luigi, quien finalmente, como estrella del deporte, ha logrado marcar un tanto para el equipo de los oprimidos.
Y con esto llego a mi última pregunta. Sin intención de justificar nada, sin demagogias, honestamente.
¿Es realmente Luigi el criminal?

Imagen: RED
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