Deslegitima que algo queda
Josemi Montalbán.
Febrero/24.
Sigue el Partido Popular sin aceptar el resultado electoral, sin aceptar la democracia y sin respetar la Constitución. Sigue la banda franquista deslegitimando las instituciones del Estado que no pueden controlar.
Para la organización criminal PP, la legitimidad solo se da cuando ellos ganan, lo demás es autoritarismo, comunismo, romper España, pecado y penalti. La última de las perlas antidemocráticas que, con demasiada frecuencia se dan, para lo que una democracia tan escasamente democracia como la española, se pude permitir, la ha vuelto a protagonizar el líder de la caverna franquista, el extraordinario demagogo Alberto Núñez Feijóo, quien ha asegurado que el Congreso, es decir, la sede de la soberanía nacional, donde reside la voluntad del pueblo español; “se ha convertido en un foro de inestabilidad y de chantaje”, por lo que “carece de legitimidad”, y es por ello que ha decidido, aprovechando su mayoría absoluta en la Cámara Alta que se van a celebrar tres plenos mensuales en el Senado.
La idea de los golpistas de la organización criminal PP, es la de desangrar al, según la banda tahúr, ilegitimo gobierno de España, en el Senado, obstaculizando cuanto les sea posible el gobierno de la nación, demostrando una vez más que el interés de los españoles les importa bastante menos que nada y que su patriotismo se acaba cuando la aritmética parlamentaria no les alcanza para el mangoneo.
El embustero líder de la banda salteadora saca pecho y se aboga por su cuenta el título de adalid de la democracia y la Constitución, se llena el zurrón con dogmas absurdos, mentiras y estupideces, y sale al escenario político para vender la idea de que, sin respetar las decisiones soberanas del pueblo, sin respetar las instituciones del Estado, y sin respetar los acuerdos alcanzados por la mayoría de los legítimos representantes del pueblo, se puede manejar una democracia en la que no cree, ni tampoco acata.
La banda franquista PP no ha logrado alcanzar acuerdos parlamentarios con el resto de las fuerzas políticas, todas legitimas, porque están legitimadas por el voto de los ciudadanos, que componen al arco parlamentario español, y no ha logrado alcanzar ningún acuerdo por su dependencia de la banda nazi VOX a cuyo chantaje se plegó en su día, a cambio de acumular poder territorial, sobredimensionando al monstruo de la caverna nazi, que hoy le resta poder parlamentario en el Congreso de los diputados, donde se ha logrado un acuerdo para no permitir a los trogloditas del clan voxero, envenenar ninguna de las instituciones del estado, como han intoxicado las instituciones autonómicas, allá donde el Partido Popular le ha abierto las puertas a su ultramontana, fanática, y autoritaria ponzoña. Esa imposibilidad parlamentaria para alcanzar pactos políticos, en el lugar donde la política se hace, es decir el Parlamento, es lo que hace que la banda franquista liderada por el golpista embustero Núñez Feijóo considere que el Congreso, la sede de la soberanía nacional, el templo donde mora la voluntad del pueblo español, no tiene legitimidad para legislar, con lo que no solo desprecia a los votantes, que son mayoría, de las formaciones distintas de la de los herederos del régimen genocida de Francisco Franco, también le hace ascos a la democracia que dice defender, y la Constitución que asegura salvaguardar. Haciendo, eso sí, honor a los orígenes autoritarios de la organización criminal que lidera.
Alberto Núñez Feijóo es un político muy mediocre, casi memo, pero es un magnífico demagogo, y un excepcional inepto que habla sin el más mínimo conocimiento sobre lo que diserta, como ha demostrado ya en infinidad de ocasiones, que, al parecer, no se lee previamente los discursos que le preparan, ni las intervenciones ante auditorios, o las entrevistas en medios de comunicación, desenvolviéndose como pollo descabezado, sin encontrar el Norte, después de haber calcinado el Sur, quizá porque sabe que habla para un puñado de adeptos, a los que les da igual lo burra que sea la burrada que rebuzna, y lo van a terminar aplaudiendo como si de un moderno Sócrates se tratara, la última de estas bochornosas muestra del profundo desconocimiento de cómo funciona el estado que aspira a gobernar, se ha dado con la nueva subida del salario mínimo aprobada por el legítimo Gobierno de España, al asegurar el inepto que el mencionado salario se reducía casi a la mitad, como consecuencia de su tributación en concepto de IRPF, cuando en realidad está exento de dicho tributo, añadiendo, además, el neófito, que pensaba plantear una propuesta en el mismo Congreso que deslegitima de forma tan antidemocrática, para que dicho salario no tributase en lo que no tributa, llegando a equiparar al mismo, en su más supina ignorancia, con salarios millonarios, dejando claro no solo que no tiene ni la más remota idea de lo que habla, también de que no se molesta ni en leer lo que su numeroso equipo de asesores le prepara.
Qué tan deficiente demócrata y político como Núñez Feijóo siga, después de deslegitimar al Congreso, después de traicionar a España acudiendo a Bruselas para que no envíe los fondos europeos que a España corresponden, después de perpetrar una intentona golpista secuestrando al Parlamente durante un día, para evitar que los legítimos representantes del pueblo español pudiesen someter a votación una ley que a los herederos del genocida no complace, y de apoyar en las calles la otra intentona golpista que perpetran las hordas de fanáticos nazis arengadas por sus cómplices de VOX, que después de un error monumental tras otro garrafal, siga siendo líder de la banda franquista PP, dice muy poco y nada bueno de la banda franquista PP.
Igual la banda franquista PP no tarda en buscar un candidato que al menos aparente saber de qué habla, y lo mismo es por eso que Felipe González está últimamente tan pregonero.
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