Aclamar la mentira

Dani Martín.

Octubre/23

 

La mentira se ha instalado con tanta comodidad en nuestra clase política, que a nadie sorprende que un líder político nunca diga verdad, hemos normalizado e institucionalizado que nos mientan.

 

El rey ha designado candidato para ser investido presidente del gobierno a un consumado mentiroso. Alberto Núñez Feijóo, mintió en los cara a cara con Sánchez en el Senado, tras su designación como líder del Partido Popular, en sustitución de Pablo Casado, decapitado tras su enfrentamiento con la “Sonada de hierro”, Isabel Díaz Ayuso, a cuenta de las indecentes mordidas del hermano de la presidenta, intermediando en las compras de material sanitario en plena pandemia. Mintió el cabeza de lista del Partido Popular durante la campaña electoral, y ha mentido, mucho, el candidato del Partido Popular en el debate de investidura, de su posible/imposible, investidura como presidente del gobierno de España, una nación que no está para tanta mentira.

No es Feijóo un lerdo desinformado, un cuñado bocazas, ni un tertuliano multidisciplinar de los que suelen aparecer en los medios de comunicación, y que lo mismo te ofrecen su certero análisis que demuestra la existencia de vida extraterrestre, que todo lo contrario y siempre a gusto del que paga. El líder del Partido popular es un político de primer nivel, expresidente de una comunidad autónoma, al que hay que presuponerle una mínima preparación, un saber de qué habla a priori, una cierta capacidad para el manejo de varias materias y, en fin, un conocimiento al menos superficial de las cuestiones que afronta cuando sube a una tribuna, se pone delante de los periodistas o de sus electores, que además cuenta con un amplio equipo de asesores y expertos en lo humano y lo divino que le suministran constante información y pormenores de los asuntos sobre los que diserta o es interpelado. No es, por tanto, Núñez Feijóo, un hombre del que se pueda decir que habla inexactitudes, o al que se pueda etiquetar de poco en temas de Estado. En absoluto.

El líder del Partido Popular miente descaradamente cuando se inventa datos, manipula encuestas, retuerce resultados o directamente argumenta falsedades. No lo hace por desconocimiento o falta de información, lo hace porque con las mentiras le va bien, le dice a su electorado lo que su electorado quiere oír, y ni a él ni a los suyos les preocupa lo más mínimo la verdad, además de padecer un profundo desapego de la realidad, Feijóo miente, porque está convencido que España es el barrio de Salamanca, que lo aclama cuando con él se cruza por las calles. Miente el candidato porque sus compañeros de partido, en lugar de afearle tan fea costumbre, lo vitorean y aplauden cuando miente desde la tribuna del Congreso, lanzando falacias a distro y siniestro.

Miente Feijóo, porque una muy nutrida corte de trepas y pelotas secunda sus mentiras, y miente porque la prensa corrupta, que es mucha en este país, da pábulo a sus mentiras y las convierte en verdades que luego la gente desinformada vota. 

Miente el líder del Partido Popular, porque no sabe hacer otra cosa, ni tiene más argumento que el de mentir a los ciudadanos y descalificar a sus rivales. Alberto Núñez Feijóo es un mentiroso que España no se puede permitir. 

El último insulto que desde el partido Popular se ha lanzado contra la inteligencia de los españoles, se ha producido poco antes de la primera sesión de investidura, cuando Cuca Gamarra, su portavoz en el parlamento, nos ha querido vender que: "Feijóo es el primer candidato que renuncia a los apoyos necesarios para ser elegido", mintiendo miserablemente. Una mentira que se ha envilecido aún más cuando, desde la tribuna de oradores del Congreso ha sido repetida por parte del candidato, cuando Alberto Núñez Feijóo dijo; "Tengo a mi alcance los votos para ser presidente del Gobierno, pero no acepto pagar el precio que me piden para serlo". Toda España sabe que esas afirmaciones son falsas, que Feijóo aceptaría de buen grado la presunta exigencia de una ley de amnistía que al parecer ponen sobre la mesa los independentistas catalanes para otorgar su sí al candidato., e incluso iría más allá, el problema es que ceder a esa exigencia independentista que le permitiría obtener los siete votos de JUNTS, le haría perder los 32 votos de VOX, mienten Cuca Gamarra y miente Feijóo, no es que no cedan a las exigencias de los independentistas, es que están en manos de VOX, que mantiene su chantaje.

Aclamar a Feijóo, candidato propuesto por Su Majestad Felipe VI para ser investido presidente del gobierno de España, es aclamar a la mentira, y parece que a nadie le importa, y no deberíamos permitirlo.


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