Sumar, sin dividir.
Daniel Martín.
Abril/23
La plataforma de Yolanda Díaz, con el objetivo de obtener un buen resultado en las elecciones generales, intenta recoger el potencial reivindicativo del 15-M.
En un contexto de hartazgo ciudadano, desafección hacia las siglas, el proyecto de Yolanda Díaz tendrá más posibilidades cuanto más escuche a la ciudadanía, porque debe sumar al capital político la marca electoral, sin embargo la unidad de la izquierda es primordial para que una verdadera izquierda logre asentarse en el viciado, después dec asi cuarenta años de bipartidismo, panorama político español y ha de hacerlo con una sola voz, de forma cohesionada, pero aunando la pluralidad de los distintos sectores que orbitan en torno a las formaciones que pueden conformar la marca "SUMAR".
Lo que distingue a SUMAR de Unidas Podemos es que Díaz no ha tenido grandes diferencias con el Gobierno del que es vicepresidenta y ha sabido mantener las distancias en asunto muy polémicos, en una hábil estrategia de nadar y guardar la ropa, que la ha mantenido al margen de las broncas entre los miembros de la coalición de gobierno, transmitiendo una imagen de imparcial responsabilidad política e interés de estado que sin duda es del agrado de muchos de esos desafectos que les mencionaba al inicio.
Yolanda ha sabido erigirse en una voz amable que sintoniza con los problemas del ciudadano, en adalid de las causas obreras, pero a diferencia de UP volcada en esa lucha social, Díaz también ha sabido trasmitir la idea de que sabe anteponer el interés de la nación al político de sus siglas o la propia lucha social, ha conseguido modelarse como una político eficaz y efectiva, que con sus “datos” es el azote de las derechas, al mismo tiempo que en una candidata mensurada, inteligente, capaz, e incansable líder obrera a la que no le incomoda el “mono” de faena, pero que sabe vestir también el vestido de gala y la moderación, cuando se trata de defender los intereses de España y no tensar demasiado las relaciones con los empresarios, a los que arrea y otorga con igual y medida intención.
Es Díaz en definitiva un buen elemento para el empeño de sumar en la izquierda, que si es capaz de mantener con sus iguales ideológicos esa actitud moderada, calculada y ponderada que mantienen en los temas de Estado, puede alcanzar sus objetivos sin dividir más a una izquierda que es incapaz de navegar en el enrarecido ambiente político español, que es el campo donde se mejor se mueven los fascistas, y por eso lo siembran de dudas y crispación.
A España, le está haciendo falta, es verdad, una Yolanda Díaz en su mejor versión de estadista, sí, pero también de mujer de izquierdas.
Añadir comentario
Comentarios