El origen de la tradición del belén en España


Julia Montalbán.

Diciembre/24.

 

La tradición de colocar belenes en los hogares españoles hay que rastrearla hasta el siglo XIII, con la representación de la escena de la natividad realizada por San Francisco de Asís, en una localidad cercana a Greccio, en Italia

 

La costumbre, convertida ya en tradición por su longevidad, por excelencia en nuestro país, propia de estas fechas que se aproximan no es otra que la representación de pesebres o nacimientos en muchos hogares. Una tradición que encuentra su origen en el siglo XIII, vinculándose con la representación de la escena de la natividad realizada por San Francisco de Asís, en una localidad cercana a Greccio, en Italia, contando con figurantes, a semejanza de los típicos belenes vivientes, con la finalidad de ofrecer a los fieles una experiencia más dinámica, emotiva, con la que mostrar este episodio bíblico propio de la iconografía cristiana, transmitiendo la humildad y sencillez del momento de este nacimiento.

Contándose que tal fue la emotividad lograda por esta representación en aquel momento que pronto fue adoptada por diversas órdenes eclesiásticas, extendiéndose por diversos territorios europeos, apuntándose, en el caso de nuestro país, al importante papel de la orden franciscana en la popularización de esta representación del nacimiento de Cristo, en nuestro país.

Estimándose que sería a partir del siglo XV, aproximadamente, cuando estas representaciones sencillas, limitadas hasta entonces a iglesias y conventos, haciendo uso habitualmente de figuras muy simples sin grandes ornamentos, habitualmente de madera o arcilla, comenzarían una progresiva evolución fruto de su contacto con las clases más acomodadas, que adoptarían esta tradición, llegando incluso a las dinastías reales, que incorporarían estas representaciones a sus residencias o palacios, de una forma mucho más elaborada.

Siendo impulsada esta tradición de igual manera por Carlos III, quien influenciado por esta práctica que habría presenciado durante sus estancias en Nápoles, donde por aquel momento estaba de moda en el territorio, con un estilo mucho más cercano a la concepción actual, aunque fuertemente influenciada ya por el lujo y la opulencia en su realización que había adquirido tras su popularización entre las clases nobles, llegando rápidamente esta tradición al pueblo llano, y dotándose a partir de esto, de diversas características propias de la influencia cultural de las diferentes regiones, adoptando diferentes elementos propios de cada región, como ocurre en Cataluña con la figura del “caganer”.

Sin embargo, estas figuras no son la única manifestación de la influencia regional en esta representación, adquiriendo también variaciones en su estética y estilo muy marcadas, más sobrias en territorios como Castilla y Leon, más tradicionales, habitualmente menos monumentales que algunos de estos nacimientos propios de Andalucía, hasta llegar a la forma que conocemos de esta tradición en la actualidad, que, aunque queda ya distante de estas primeras manifestaciones tanto es su estética como concepción sigue manteniendo esta esencia y simbología tan propia de la tradición cristiana.

Por cierto... ¡FELIZ NAVIDAD!

(Postal IA, Alternativa Mediterráneo. Si lo desea puede utilizarla)


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