Begoña Gómez y la jauría franquista. 


El Comunero.

Agosto/.24

 

 

Es el Partido Popular una peña de yonquis del poder con un interés común: alcanzar el gobierno a cualquier precio, unidos en una rabia común; que las matemáticas democráticas, el pueblo español le sigue negando el chute del Estado.

 

 

No le quedan muchas opciones a Alberto Núñez Feijóo para no tener quien lo abrace viendo un partido de la selección en el salón de Moncloa. Rodeado y acosado por la rama cainita de la familia franquista, los cavernícolas de VOX, y estando atrapado en la arácnida red de Ayuso de la que le resulta imposible zafarse, al encontrarse la madrileña protegida por todo el aparato mediático y judicial que vela por el partido, esperando que el gallego se estrelle para erigirse en todopoderosa líder de la ultraderecha española y poder pelearle al resto del arco político español la dosis de poder que tanto necesitan para poder eludir durante otro buen puñado de años la acción de la Justicia, justa.

Una de esas escasas opciones a las que puede encomendarse el líder de los populares para tumbar a Sánchez pasa por atacar a la señora del señor presidente en un pastelito judicial cocinado por dos organizaciones de extrema derecha, Manos Limpias y Hazte Oír, y un juez, Juan Carlos Peinado, tan sospechoso de indecencia, como de mi convicción personal sobre su partidismo y nula imparcialidad, a tenor de las actuaciones que viene llevando a cabo incluso contra el criterio de las fuerzas del orden y la propia fiscalía, empeñado en instruir una causa que apesta a revancha política, a cacería fascista de la señora esposa del presidente Sánchez, Begoña Gómez, víctima de ocasión para tapar los escándalos del entorno de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que se ha ido modelando a medida que los intereses del Partido Popular iban necesitando del salvavidas Begoña para no hundirse en marejada de su corrupción a todos los niveles, y las histriónicas actuaciones de sus socios cainitas de VOX allá en los territorios donde comparten gobierno.

Apoyan en la "Operación Begoña" al PP su legión de medios amigos –muchos de ellos disgustados con la ley que los obligará a desvelar sus fuentes de financiación– y la Universidad Complutense, una institución que depende de la Comunidad de Madrid a cuya presidenta ya nombro alumna diosa no hace demasiado.

Es el Partido Popular una peña de yonquis del poder con un interés común, alcanzar el gobierno a cualquier precio, unidos en una rabia común; que las matemáticas democráticas no le permiten el chute gubernamental. El Partido Popular no tiene un proyecto, nunca lo ha tenido, para impulsar el avance de España, el único proyecto que el Partido Popular tiene y ha tenido siempre para España es de gobernar un país que creen que les pertenece en exclusiva porque llevan mangoneando España como les da la gana casi un siglo ya, y no entienden que las reglas de la democracia exigen que quienes aspiran a alcanzar el poder en el Estado, ofrezcan alternativas, tengan una idea que ofrecer al ciudadano, más allá de "hay que echar a Sánchez", "ETA" o "España se rompe". 

El Partido Popular no tiene sentido de Estado y cada vez que tiene oportunidad acude a Bruselas a suplicar que perjudique el interés de España, en el convencimiento que el interés de España, no es el interés del PP, y todo vale con tal de recuperar el poder que considera les pertenece en exclusiva. El Partido Popular no tienen propuestas, ni proyecto, ni ideas para España, lo que si tiene el Partido Popular es una poderosa y corrupta maquinaria mediática, una poderosa y corrupta rama judicial que vela por los suyos, un líder incapaz y estrechamente ligado al narcotráfico, una falangista dispuesta en cualquier momento a dar un golpe de estado y una jauría de perros franquistas hambrientos ansiosos de hincar el diente a una señora, simplemente por ser la señora de Sánchez.


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