En agradecimiento a “Charlie”.


Elepé.

Marzo/23

 

En 1983, sale al mercado el disco “Si estuvieran todas las puertas abiertas”, compuesto por Carlos Cano y el más alejado desde mi humilde opinión de cualquier influencia andaluza. De esto, hace ya la friolera de cuarenta años, ¡casi ná!, un número que pesa y mucho.

Este disco fue para mí todo un regalazo, tocado por la varita de la suerte, tuve el honor de participar en él, esa primera puerta que se me abrió a nivel profesional en este mundo tan lindo como es la música.

Esta remembranza comienza de una manera curiosa, la grabación se iba a realizar en Madrid e iban a estar presentes mis compañeros Nicolás Medina como arreglista del disco y Kiko Aguado como guitarrista, yo no iba a participar, pero convencí a Carlos para poder ir también a Madrid, a los Estudios Sonoland, obviamente pagándome los gastos de mi bolsillo y así poder conocer un estudio de grabación. Algo pasó con el pianista de la sesión, no llegaba (las horas de estudio tienen su precio) y, en vista de lo cual, el productor Julio Palacios, me señalo y me dijo “puedes hacerlo tú” y …bingo, todo un sueño para un chaval de 23 años, autodidacta que tocaba por hobby y pasaba a tener una oportunidad. Ah¡¡ y al final me pagaron por la grabación y todos los gastos. ¡Gracias, Julio!

De este disco, formado por 12 canciones y que pasó sin éxito a excepción del “Tango de las madres locas”, podemos decir hoy en día, en el 2023, cuarenta años después, oigan esto¡, escúchenlo de nuevo, y les puedo asegurar que hay canciones con arreglos exquisitos que sacan a Carlos de su tradicional estilo, de su lugar de confort, otro Carlos, pero con una sensibilidad única. Por otra parte, las letras que nos deja Charlie Kane (forma simpática que teníamos los músicos para hablar de él) van directas a la diana de la verdad, letras que se adelantaban a situaciones, a emociones, a esperanza, a utopía. Canciones de amor como “Elisa”, dedicada a Elisa Serna, o como “No son palabras de amor”, canción donde participó nuestro querido Pedro Iturralde dejando un solo exquisito, a primera toma, hace justicia a las letras de Carlos como a los arreglos que realizó Nicolás.

Hoy en día, nos hace recordar los tiempos que estamos viviendo, de soledad, marginación, inmigración, de metamorfosis…y como muy bien dejó escrito, Fernando González Lucini.

“¡Ay !,si estuvieran todas las puertas!…

¿Qué pasaría? y el sueño, la fe y la esperanza continúan… (¡Necesito creer en la utopía!) Pasarían la libertad, el cariño y la ternura, la ilusión vestida de sonrisa, el beso y la caricia sencilla y transparente, el refugio de unos ojos, la armonía, el amor: aliento de la vida.

Pero el tiempo y el espacio con frecuencia me encadenan, y surge de nuevo ante mí, lo inevitable: la insensibilidad y el miedo, la desconfianza y el agobio.

(¿Por qué hemos amordazado la utopía?).

Y las puertas se cierran en mi cara, se alquilan porteros y guardias que vigilan, se sofistican los sistemas de blindaje, surge la “mirilla” descarada y espante, surge la soledad y el abandono, la mediocridad, y el “ha salido, no está en casa”, lo mío y lo tuyo, lo de dentro y lo de fuera, el de arriba y el de abajo…mientras tanto, la historia, nuestra corta historia, continúa.         

Las palabras de Lucini reflejan verdades como puños, esperanza que no debemos perder y a mi realmente me emocionan.

Carlos nos dice en la canción Hijo de la Calle, “si estuvieran todas las puertas abiertas, nadie tendría que abrirlas con violencia, todo sería de todos y habría amor, habría amor y el mundo andaría mejor”.

La oportunidad de tocar en la isla más bonita del Caribe fue una experiencia única, la música caribeña, se impregnaba desde su llegada. Tengo que comentar que estamos hablando de 1983 y la dignidad del pueblo cubano era admirable. Hay que recordar que” la teta rusa” se acabó en 1989 con la caída del muro de Berlín y, Cuba quedó totalmente solitaria hacia unos destinos que por desgracia hemos ido viendo en años posteriores. Hoy en día, el turismo como base de riqueza ha quedado muy cuestionada, siendo de nuevo un prostíbulo y donde “el gallego, gallega” o el “extranjero, extranjera” se aprovecha de esa necesidad que tienen económicamente y que tú para ellos, eres un simple “dólar con dos patas”.

Nuestra primera estancia fue en Varadero para participar en el 1 Festival Internacional de Música Latina, recuerdo en un inmenso escenario, a la Orquesta Nacional de Cuba junto al Ballet Nacional de Cuba e Irakere, uno no daba crédito a lo que estaba viendo y escuchando.

Se celebró entre el 23 y 28 de noviembre en el balneario ubicado en la costa norte de Matanzas, a 120 km de La Habana (por cierto, la playa de Varadero está considerada el paraíso marino cubano). Participaron estrellas internacionales como Gilberto Gil (Brasil), Oscar de León (Venezuela), Víctor y Diego (España), etc. ¿Anécdotas?, todas las del mundo y más…

Teníamos un despertar muy bailongo, sin exagerar, más de veinte veces ponían en la piscina a todo volumen, el éxito del momento,” sandunguera”, compuesta por el afamado grupo Los Van-Van. En el hilo musical que había en las habitaciones del hotel se podía escuchar clases de “guaguancó”, como de “son cubano”. Me parecía increíble. Nos podemos imaginar en nuestras radios, clases de flamenco.

Aparte, todos los días que estuvimos allí disfrutamos de unos músicos que tocaban en un rincón de la piscina del hotel, esos artistas eran ni más ni menos que Arturo Sandoval, Hilario Duran, Caridad Valdés, etc. Hilario tocaba en un piano Kawai colín, acústico-eléctrico, regalo del argentino Alberto Cortez a Sandoval y narro esto porque en el Festival, solo había un piano eléctrico, un Fender Rhodes y Carlos, se negaba a participar si no ponían un piano acústico. Al final lo consiguió y trajeron el Kawai del hotel donde estábamos alojados.

En la prueba de sonido, Chucho se acercó y me dijo, ¡lo que no consiguen ustedes los gallegos!… ¡Chucho Valdés es Tremendo!  de grande, como de buena persona y que vamos a decir como pianista.

Varadero, fue para mí como para la banda, una experiencia inolvidable ante la presencia de más de quince mil personas.

Cuba, es y será siempre la madre de toda la música Afro-Latina.


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