Remembranzas del 83, Salsa de Granadilla

Elepé.

Junio/23

 

 

Esta nueva remembranza es continuación de otras que he recordado y que ocurrieron en ese año que trajo tantas cosas buenas a mi vida. De esto hace cuarenta años, casi !! 

 

El año a recordar es 1983, un año mágico en todos los sentidos porque se llevaron a cabo varios proyectos al mismo tiempo. Con motivo de mi asistencia por primera vez a un seminario de jazz organizado por el Taller de Músicos en Alcalá de Henares (Madrid), me llevó a coordinar posteriormente el I Curso de Jazz Internacional de Granada (una experiencia inolvidable), que cuento con detalles en el siguiente enlace: 

También tuve la oportunidad que me brindó el destino de visitar unos estudios de grabación y ser responsable de los pianos en la grabación del LP "Si estuvieran todas las puertas abiertas" de Carlos Cano, donde, por cierto, se incluyó el afamado "Tango de las madres de Mayo", lo que nos llevaría a visitar Argentina en 1984.

Pero antes, el año al que estamos dedicando esta remembranza nos regaló un viaje que marcará mi pasión por la música cubana. Fuimos al afamado Festival de Varadero, realizado en la "isla bonita" de Cuba, y con ese contagio musical salsero que afecta a todo ser humano que va allí, regresamos.

Antes de hablarles sobre los inicios de este nuevo proyecto llamado, Salsa de Granadilla, me gustaría exponer un maravilloso recuerdo que ocurrió ese mismo año con Carlos. Fue una actuación muy especial realizada en el Palau de la Música de Barcelona, un santuario muy hermoso para la vista y el oído.  

Nunca olvidaré el momento en que salí al escenario: un silencio sepulcral, el foco dirigido al piano y comenzando el concierto con una introducción sobre el tema "Al-Mutamid dice adiós a Sevilla” me vino ese “diablillo” que remueve las conciencias y me preguntaba qué estaba haciendo allí. Uno ha sido autodidacta toda su vida a excepción de un curso de jazz y la formación en piano es muy exigente, pero la pasión mueve...

Mientras tanto, mis compañeros iban tomando sus lugares, uniéndose a la introducción de Al-Mutamid, hasta que salió Carlos, los aplausos se volvieron vibrantes, los diablillos desaparecieron por arte de birlibirloque y todo volvió a su sitio.

Un momento muy emotivo. Cuando eres joven, los nervios no existen (o los ignoras), pero cuando eres mayor, te aseguro que, aparte de la muerte, pueden arruinarte una velada.

Afortunadamente, el concierto resultó muy hermoso, con la presencia de Lluís Llach, uno de los referentes de la Nova Cançó catalana y un gran pianista, amigo íntimo de Carlos. ¿Quién no recuerda "L'estaca"? La compuso en plena dictadura de Franco y nos llama a la unidad de acción para liberarnos de las ataduras y alcanzar la libertad. El sindicato Solidaridad la adoptó como himno y fue la canción de la Revolución tunecina en 2011.

Y, retomando por fin la remembranza de hoy, la del proyecto Salsa de Granadilla, quisiera empezar agradeciendo a todos los compañeros que lo han compartido. Para mí, ha sido la semilla de una criatura hermosa que maduró durante s de treinta años llamada Cu-Bop. El nombre Salsa de Granadilla se lo debemos al saxofonista Fernando Wilhelmi, quien siempre tenía ocurrencias respecto a poner nombres a bandas, como fue el caso de Jazzta y, como ya estábamos hartos de pensar en nombres, pues eso... jazzta.

Bromas aparte, esta primera banda latina se formó alrededor de los años 1981-82, cuando nos reunimos en un local de ensayo de la calle Afán de Ribera. Tuvimos nuestro primer bautizo en un pub muy hermoso y espacioso, situado en los Alminares del Genil, llamado “La Garnacha", por donde pasaron figuras del jazz nacional como el pianista Jordi Sabater, el bajista Carlos Benavent y Mattew Simon, miembros de Música Urbana en ese entonces, así como Carlos Gozálbez, un referente del jazz valenciano, junto al saxofonista Peter Delphini... Creo recordar que arriba del local vivía un militar de alto rango y como suele ocurrir, ¡¡con los militares hemos topado!! Nos suspendieron los últimos días, si mal no recuerdo, estando en pleno ferial del Corpus. Nuestro destino...

En 1983, hubo una remodelación en Salsa de Granadilla. A la formación que acompañaba a Carlos, es decir, Juan Medrano (trompeta), Nicolás Medina (bajo), Julio Pérez (batería), Kiko Aguado (guitarra) y Luis Poyatos (piano), se incorporaron Juan Fernández (saxo), Soledad (voz), los hermanos pez Castellano: Heriberto (voz) y Fernando (bongos). Fue durante las fiestas de Carnaval de 1983, celebradas el 19 de febrero, cuando se estrenó esta nueva formación.

En la foto del “contrato” que comparto aparecen cosas curiosas, como la cantidad a cobrar, cómo se pagaba y en qué momento. Hoy en día, es un sueño cobrar en efectivo y al finalizar el trabajo... ¡Genaro, cómo han cambiado los tiempos! Uno de los conciertos que nos marcó se realizó en la Plaza de Toros. He tenido la posibilidad de tocar allí dos veces, una vez con La Guardia, con la plaza a reventar, impresionante, y otra ocasión que voy a relatar. 

Fue durante las fiestas del Corpus, obviamente en el año 1983, y se organizó por primera vez una noche de Salsa. Hay que decir que Granada tenía una concejala de cultura en aquel entonces para quitarse el sombrero, Mariló García Cotarelo.

¿El cartel?... ¿Qué puedo decir del cartel que se presentaba? Por un lado, "Machito All Star" con Graciela, en ese momento lo máximo que se podía escuchar de este género, lo que yo llamo música cubana, mejor que decir salsa.

Por otro lado, la afamada "Orquesta Platería", una orquesta de música popular de baile afincada en Barcelona y que estaba en el top nacional. Y finalmente nosotros, los teloneros, Salsa de Granadilla. 

Hubo muchas anécdotas, empezando por nuestro repertorio, porque llevábamos canciones como "Pedro Navaja", "Plástico" y "Juan Pachanga", canciones que solían cantar los de la Platería y literalmente, se las pisamos defendiéndolas de la mejor manera posible, gracias a nuestro maravilloso cantante "uruguayo" Heriberto. La garra y el sabor que le ponía a las coplas eran brillantes, al igual que el ritmo endiablado que ejecutaba en los bongos su hermano Fernando. Se podría decir que era la parte más “sabrosa” que había en el grupo. 

Aún recuerdo la conversación con Machito, pero no sabía nada de su enfermedad. Nos dejó justo diez meses después y había grabado una joya de disco en Holanda durante esa gira europea, otorgándole un premio Grammy. Decir Frank Grillo es decir Machito, es hablar del creador del "jazz afrocubano" junto a Mario Bauzá, así de claro. Dizzy Gillespie y Chano Pozo también caminaron por este género al que llamarían CUBOP, una mezcla de los ritmos de Cuba y el Be-Bop un estilo de jazz que Dizzy creó junto a Charlie Parker. 

El proyecto Salsa de Granadilla quedó aparcado hasta que en 1992 se retomó con el nombre de CuBop y su Latín Music, pero por motivos comerciales se quedó en Cu-Bop. Pero esa historia que te contaré en otra futura remembranza. 


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