Fracasa, como estaba previsto, la moción de censura presentada por VOX

Hemos asistido avergonzados a una de las mociones de censura más delirantes y menos prósperas de la historia de la democracia española, con un candidato, el nonagenario Ramón Tamames, ajeno completamente al programa del partido cuya moción defendía y que, ni siquiera, aplaudió el discurso del  líder de esta formación.

Un candidato que se ha presentado sin una propuesta alternativa de Gobierno, como mandata la Constitución, que regula el mecanismo de la moción de censura. Así se lo han recordado desde el Gobierno y también desde el resto de partidos a Tamames, que elaboró un discurso de censura al Ejecutivo sin plantear propuesta alguna pero en el que sí tuvo tiempo para citar sus libros.

No ha sido esta una moción con tanto aparato mediático como la que protagonizó en 2020 Abascal, en la que vio cómo el PP liderado entonces por, Pablo Casado, se oponía frontalmente a la misma. Esta vez, Alberto Núñez Feijóo, consciente de que va a necesitar a VOX si quiere gobernar en muchas administraciones, ha preferido recurrir a la hipocresía de la abstención, una actitud la del partido, como la de su jefe de filas que ni siquiera apareció en el Congreso para no verse envuelto en la comedia, que también ha recibido duras críticas.