Redacción.

Octubre/22

La aparición de noventa y dos migrantes en condiciones infrahumanas en la frontera entre Grecia y Turquía enfrenta a ambos gobiernos.

Los dos países implicados se han acusado mutuamente de ser los responsables del abandono. Mientras Grecia acusa a Turquía de vejar y humillar a los inmigrantes, con un comportamiento "bárbaro y medieval".  El ministro de Protección Ciudadana de Grecia, Takis Theodorikakos, ha calificado como "una vergüenza para la civilización", la actuación de Turquia.

Ankara por su parte no tardó en responder a través de su ministro de Exteriores, Mevlut Cavusolgu, quien terminó acusado al ministro heleno de "compartir bulos" y de "haber confundido Turquía con su país", en referencia  a "los niños ahogados en el Egeo".

Lo cierto es que la imagen de noventa y dos seres humanos, sesenta y un  afganos, tres iraníes, cuatro marroquíes, cinco paquistaníes y tres personas procedentes de Banglades, vagando completamente desnudos y descalzos en la frontera entre los dos paises, muestra la cara más espeluznante de las políticas migratorias y saca los colores a una moderna y "democrática" Europa que paga buenos dineros a otros paises para que acojan a aquellos que intentan llegar hasta nuestras ciudades huyendo de la guerra, la represión, la miseria o la persecución, en busca en definitiva de una vida mejor a la que todos tenemos derecho.