Se cumplen 20 años de la foto de la vergüenza.
Redacción.
Marzo/23
Se cumplen 20 años de la imagen del 'trío de las Azores', el formado por George Bush, Tony Blair y José María Aznar, una reunión en la que se selló el destino de millones de iraquíes y se sentenció la muerte de al menos medio millón de ellos. Una ignominiosa imagen que se recuerda como la "foto de la vergüenza".
El trio belicoso compuesto por el presidente de los Estados Unidos, George Bush y su más firme aliado europeo, el premier británico Tony Blair y el tonto útil, el español José María Aznar, llevaban meses preparando a la opinión pública para una invasión de Irak, manipulando la realidad en relación con la posibilidad de que Sadam Hussein ocultara un arsenal de armas químicas y biológicas, un argumento falaz y sostenido con pruebas falsas fabricadas ex profeso y que llegaron a ser expuestas en el Consejo de Seguridad de la ONU por Colin Powell, secretario de Estado estadounidense, quien sostuvo sin ruborizarse la mentira.
El clamor internacional contra la guerra en todo el mundo resonó con fuerza, y la población se echó a la calle bajo el grito unánime de "NO A LA GUERRA", un grito que llegó alto y claro a los despachos de los adalides de la guerra que lo desoyeron tan clamorosamente como las llegaba.
Y llegó el domingo 16 de marzo de 2003, y en la base aérea de la isla de Terceira, en las Azores, se encontraban esperando al presidente de los Estados Unidos, un emocionado José María Aznar. Junto a él, tenso, el primer ministro británico Blair, y algo más sonriente, el anfitrión portugués, Durao Barroso.
El Air Force One en el que viaja Bush aterriza pocos minutos después y los cuatro mandatarios se dejan fotografiar a los pies de la escalera de piedra que conduce a un modesto edificio de la base militar de Laje.
Los fotógrafos tienen buen cuidado de que en "foto de la vergüenza" no aparezca el anfitrión portugués, que incluso parece querer colaborar en la intención de dejar el encuadre solo a los criminales que están a punto de ordenar el asesinato de miles de personas. y Durao Barroso, se inclina ligeramente hacia un lado justo en el momento de hacer "clik".
En los 90 minutos que duró aquella reunión quedó sellado el destino de Sadam Hussein y el de miles de sus conciudadanos que serán sacrificados en el altar del fascismo occidental.