Las 48 Leyes del Poder


Josemi Montalbán.

Enero/25.

 

 

Estamos viviendo en un tiempo disparatado, en el que el corrupto, el malvado, el loco o simplemente el millonario impone su idea, su concepto de lo que ha de ser el mundo al resto de la sociedad, previamente, y vía medios de comunicación, inoculada de mediocridad, infectada de consumismo y contagiada de indolencia.

 

 

El juego del poder, es una partida de intereses y privilegios que juegan solo un puñado de privilegiados, y que resulta completamente ajeno a la inmensa mayoría de la población que, sin embargo, está sometida a las variables exigencias tácticas de los jugadores que nos mueven como piezas de ajedrez en función de cómo les va a ellos en la partida, lo que nos convierte en meras comparsas, cuando somos nosotros quienes sostenemos el tablero. Es por eso que los jugadores necesitan manipular, distraer, mentir a la sociedad, y mantenerla sumisa y apaciguada, de manera que no se mueva y propicie la hecatombe, y una de las armas preferidas de los jugadores para mantener adormecida a la masa es la de controlar sus emociones, porque cuando las emociones reinan, la razón suele ser ajusticiada.

Imagen: IA Alternativa Mediterráneo. Uso libre.

Solo así, manipulando las emociones, se puede obtener el rédito de una presunta justicia que se controla por lo legítimo, tras ser elegido por el pueblo para la gobernanza, o, en palabras del senador del Partido Popular español, Ignacio Cosidó, por la puerta de atrás, que es cuando no se ganan las elecciones, pero se maniobra desde las sombras para que, por medio de pagos, coacciones o favores, se ponga la justicia al servicio de los mentirosos, los delincuentes, los corruptos. Los falsarios, hasta el punto de que estos puedan llegar a buscarle la ruina a todo un fiscal general del Estado, o poner en la picota a un presidente de gobierno, mientras mantienen el control absoluto del poder.

Pero los "artesanos de la mentira" saben, son conscientes que, sin el control de las emociones, de nada les serviría la extorsión judicial. Para los embusteros, los manipuladores, los yonquis del poder, es tan importante el férreo control de los medios de comunicación via publicidad institucional (más de la mitad de los medios de comunicación "tradicionales" tendrían que cerrar si se les retira el maná público y lo mismo sucedería con el noventa por ciento de las páginas y perfiles de redes sociales que perpetran sus atentados en Internet), como mantener un fantasioso e inexistente vínculo emocional con sus votantes, reccurriendo constantemente a la emotividad; una patria, una bandera, unos miedos comunes, reales o imaginarios, eso es lo de menos, lo importante es que el votante, el adepto, el "pardillo" se crea el imaginario vínculo, porque eso garantiza el éxito del timo.

Nada de esto es nuevo, hoy, por desgracia, es muy recurrido hablar del nazi Joseph Goebbels, uno de los principales e imprescindibles timadores que lograron aupar al partido nazi y a un monstruo como Adolf Hitler hata el poder en la Alemania de los treinta del pasado siglo. Sin embargo, la manipulacion de las emociones generales para obtener un fin particular y  por lo general espurio, no es algo nuevo propio de estos tiempos de vieja locura colectiva, sino que es la piedra en la que viene tropezando la masa desde que un tal Jesue aseguro que había derribado las muralllas de Jericó haciendo sonar trompetas y el personal se lo creyó.

Un californiano, Robert Greene, publicó en 1998 un libro, "Las 48 leyes del poder" el que este explica las diversas dinámicas con las que yonquis del poder mantiene en penumbra a las sociedades, aplicando ideas innovadoras, y otras no tanto.

Según Greene, el poder tiene un fin amoral, se trata de un juego social, en el que, para dominar debes ser un experto en los condicionamientos sociales y en la psicología de rebaño, o directamente comprar a esos expertos en tales materias que te harán coronar por una pequeña élite, lo que te permitirá un acceso directo o indirecto al Poder con mayúscula.

En las 48 leyes del poder se describen las artimañas y los subterfugios que un puñado de seres de moral cuando menos cuestionable ha utilizado y utiliza para obtener el verdadero poder, Robert Greene analiza en este libro las estrategias de los jugadores y pone de relieve la manipulación que ha sido utilizada por figuras muy influyentes a lo largo de la historia, porque cada una de ess 48 leyes resulta empírica a través de ejemplos históricos sobre cómo algunos personajes han alcanzado y logrado mantener el poder, en un periodo de más 3,000 años de historia de una humanidad, que, ciega o cegada, va tropezando siempre y desde hace milenios, en el pedregal de mentiras, hipocresía y manipulación en el que nos introducen, de forma interesada, aquellos a quienes, el rebaño, hemos elegido para que nos guíen, y sin embargo nos arengan al abismo, para poder seguir arengando.

Imagen: IA Alternativa Mediterráneo. Uso libre.


Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios